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Cartas al director Un bar poco amable en Playa Blanca

Estimados Sres./as.:

 Les mando una carta para ser publicada, si es de su interés, en la sección Cartas al Director:

El pasado domingo 31 de enero, de 2016, encontrándonos mi mujer y yo de vacaciones en Lanzarote, a un bar, al lado del Hiperdino/Superdino Papagayo, en la Urbanización San Marcial de Rubicón, Playa Blanca (Yaiza) (creo que se llama/ba Bar Papagayo). Me dirigí a la barra, mientras mi señora iba la baño, y le pedí a la camarera allí presente dos cafés, uno solo y un cortado natural. Al rato nos trajo a la terraza los dos cafés, el solo para mí y el cortado natural para mi mujer. Cuando mi mujer regresó del baño, a los 10 minutos, aproximadamente, su café cortado natural no estaba caliente, por lo que me acerqué a la barra y le pedí, educadamente, a la camarera, si me hacía el favor de calentarme el café, a lo que me respondió de muy malos modos, diciéndome que en un cortado natural la leche se pone fría, y por eso estaba frío, a lo que le contesté que yo no lo sabía (era mi primera visita a Lanzarote, y además en Tenerife, donde residimos, el cortado natural se toma con leche caliente) ), y le volví a pedir que me hiciera el favor de calentarlo, a lo que , cada vez con un tono más alto, me contestó que uno tenía que saber lo que pedía, y casi gritando me dijo que la culpa no era suya, a lo cual le aclaré que yo no le echaba la culpa a ella, en absoluto, y que me había equivocado yo. De malas maneras me calentó y sirvió el café.

 Tras terminarnos el café, al ir a pagar a la barra, le pregunté si ella era la propietaria, a lo que me contestó de muy malos modos gritando que si quería poner una reclamación que fuera a buscar al dueño arriba al Asturiano, con lo que pagué y nos fuimos, sin mediar más palabras.

 Ya en la calle, decidí tomar unas fotos del local, y al momento salió de dentro del bar un señor que me empezó a gritar que qué hacía yo tomando fotos, que él había sido testigo de todo, y que no venía a cuento que yo echara fotos de nada. Al principio no le hice caso, pero el señor se fue acercando a mí y poniendo cada vez más violento, y esgrimiendo que él era cliente de ese bar, y siempre le habían tratado bien. Que a qué venía preguntar por el/la propietario/a. A la par, la susodicha camarera salió del local, notablemente alterada, y gritando, llamando estúpida a mi mujer. Ante esto, mi mujer y yo decidimos irnos, por no saber cómo podía acabar este incidente, y porque íbamos con prisas por devolver el coche de alquiler a la compañía de Rent-a-car y coger nuestro vuelo de vuelta a Tenerife.

 Me parece lamentable que esto ocurriera, y me sentí realmente indefenso, a la hora de poder poner una reclamación allí mismo, y además ví peligrar mi integridad física.

 Las malas maneras que esa mujer, y su cliente, ejercieron contra nosotros, no sé si por ser forasteros, o simples turistas, no le hacen ningún favor al turismo en Lanzarote, y modestamente considero que hechos así han de ser denunciados para que no vuelvan a ocurrir.

 Atentamente

 Paul Mrocek

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