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¿Por qué lo hiciste, Echedey?

 

Echedey Eugenio.

Echedey Eugenio Felipe tendrá que explicar por qué siendo presidente delegado del Consorcio del Agua de Lanzarote se dirigió a la Comisión Territorial de precios de Canarias para desistir de la “Propuesta de modificación de tarifas del ciclo integral del agua en las islas de Lanzarote y La Graciosa” (364/ 2018) y pedir que se retirara del Orden del Día del pleno de la mencionada Comisión, que se celebraba el 11 de abril de 2019, el punto tercero relativo a “Expediente de incremento de las tarifas de suministro público de agua a poblaciones para las islas de Lanzarote y Fuerteventura”.

Y el ex presidente delegado del Consorcio, actual portavoz de CC en el Ayuntamiento de Arrecife, tiene dos formas de hacerlo: Una, la lógica, cogiendo todo el dossier y con la máxima transparencia, claridad y honestidad dar cuenta de los hechos y fundamentos que le llevaron a actuar de esa manera. Y dos, tiene la opción de actuar de la misma manera que la presidenta del Cabildo de Lanzarote, María Dolores Corujo. A saber, que se convoque una rueda de prensa para explicar el órdago de la anunciada suspensión de pagos de los CACT y se acabe suspendiendo para convocar otra para lanzar un nuevo ataque a los anteriores gobernantes que considera más escandalosa.

La estrategia de comunicación puesta en marcha por la presidenta del Cabildo y su caterva de asesores es digna de figurar en los manuales de marketing político. Es verdad que quedaría recogida como ejemplo de “bluf” que hay que rematar con un acto propagandístico mayor para desorientar a la prensa y público en general. También dirá que tendrá poco recorrido porque, aunque se intente recuperar el tema, quedará estigmatizado al ser relegado por la propia denunciante a un segundo término. María Dolores, que es un portento comunicativo incuestionable, cae una y otra vez en equivocaciones pueriles inducida por sus colaboradores más estrechos. Está claro que a Carlos Espino, su asesor principal, le puede hacer tilín hacerle daño con saña a los que le apearon del gobierno en 2009 y le dejaron como un mal gestor e intentaron dejarlo, además, como un corrupto redomado. Es verdad que los nacionalistas y populares entraron hasta las mismas cocinas de los CACT para arrastrar por el fango al que era en esos momentos, encima, secretario insular de los socialistas. Y se entiende la inquina de Carlos pero no que Dolores se sumerja en ese saco excremental, poniendo en riesgo su futuro político en una batalla que ni soluciona los problemas reales ni garantiza que lleve su popularidad más allá de donde se sustenta hoy.

María Dolores Corujo.

María Dolores Corujo pudo salir del atolladero, en el que se metió ella solita en un momento de acaloramiento en el pleno, utilizando el mensaje más perverso de su asesor de cabecera, aclarando, cuando estuviera más tranquila, lo que quiso decir. Su “quiebra absoluta y situación de suspensión de pagos” en la que dejaron los nacionalistas los CACT pudo rebajarse a expresiones coloquiales sin más trascendencia mediática. Hubiese quedado en que no le gustó nada la gestión de los nacionalistas, que hicieron gastos injustificables, que no fueron capaces de contener la hemorragia en los costes de la restauración y de que se inventaron nuevas obligaciones que no aportaban nada. Y, hasta yo, hubiese estado de acuerdo con ella.

 Si quería justificar más los términos usados, para quitarle trascendencia al asunto, hubiese  podido decir que tanto la suspensión de pagos, que entró en vigor en 1922, como la propia quiebra son conceptos que se siguen usando en el argot popular, a pesar de que desde la ley concursal de 2003, que entró en vigor el 1 de septiembre de 2004, su procedimiento queda recogido en la figura del concurso de acreedores, que nace para darle respuesta a la telaraña decimonónica de la normativa comercial española que seguía todavía atrapada en el tiempo con el Código de Comercio de 1885. Y a otra cosa mariposa. Y que Benja siga con sus críticas desaforadas. Unas menos afortunadas que otras. Y otras con mucho sentido. Que yo tampoco defiendo la labor de José Juan Lorenzo, al que también critiqué aquí. Muy especialmente su incapacidad para, en tantos años de gestión, conectar mejor con la masa laboral, pilar fundamental en cualquier actividad de servicios, más todavía en la promoción del turismo, e inexcusable en una empresa pública abierta al mundo de una isla que vive del turismo. Pero a José Juan no se le podía cuestionar su formación, ni su experiencia. Y a Benjamín, sí.

Echedey puede tranquilamente cogerse el librito de cuentas y cuentos de los CACT en los tiempos de los socialistas y convocar a la prensa para explicárselos. La prensa le dirá que lo que tiene que explicar es lo del Consorcio del Agua. Él le contesta que eso lo hará próximamente pero que hoy quiere hablar de un escándalo mayor. Y empieza a contar cómo el que se convirtió después en secretario general de los socialistas de Lanzarote, siendo consejero delegado de los CACT, le compró unas cocinas muy, muy caras a un afiliado con ascendencia en otros afiliados necesarios para ser el tótem socialista insular….

Echedey Eugenio podría hacer un Dolores Corujo con salsa Espino. Está claro. Pero también podría explicar qué quería decir que “por razones de oportunidad”  desistía de la subida de precios que estaba obligado a aprobar. Fue en abril de 2019. Las elecciones fueron en mayo, y la presidenta aduce sin reparos que fue “oportunidad electoral”, que lo hace porque tiene miedo a que afecte la subida a los resultados de CC. La tesis de la presidenta está cogida con pinzas. Una aprobación en abril, no entra en vigor antes de junio. Con lo que dudo que pueda torcer la voluntad del electorado antes de aparecer en la factura del agua. Salvo, claro, que Dolores Corujo estuviera reconociendo que ellos, los socialistas, a pesar de haber votado a favor de la subida y de saber que es obligatoria e ineludible, estuvieran dispuestos a hacer de la subida “casus belli” en la campaña electoral, a sabiendas de que ellos hubiesen hecho lo mismo.

Echedey tiene que explicarlo. Y tiene dos maneras…

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