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Yaiza, paso a paso (I)

 

El segundo municipio de más extensión y protegido de Lanzarote es un crisol de ecosistemas y paisajes. Muestra un litoral dispar, con grandes acantilados volcánicos en el Timanfaya y espectaculares playas de arena blanca en Papagayo y negra en Playa Quemada

El municipio de Yaiza se nos entrega sin la más mínima oposición para que disfrutemos de sus singulares paisajes y ecosistemas al ritmo que nos marquen nuestras propias piernas. Sus pequeños pueblos, de blanca presencia y ventanales ojos verdes, aparecen y desaparecen cada cierto tiempo. Mientras nos adentramos en uno de los macizos montañosos más antiguos de la isla, de millones de años, o accedemos a zonas inmensas de lavas recientes que se adentran en el mar a golpe de olas. Lejos de acabarse ahí la oferta, tenemos también La Geria, un paisaje lunar sacado del fuego por los lanzaroteños del siglo XVIII para hacerlo un vergel de parras y vino blanco. Además, una pizca de sal es necesaria entre tanta dulzura. Y las Salinas del Janubio las pone a raudales. Montañas blancas crecen día tras día a la orilla del mar entre cocederos y molinos.

la ganadería caprina y camellar es la tradicional del lugar.

 

Posiblemente, sería imposible imaginar tanta diversidad y belleza en tan corto espacio. Por eso, hay que vivirlo despacito, paso a paso, en jornadas de 15 ó 20 kilómetros diarios y empezar temprano para descubrir también el espectacular y cegador amanecer en estas tierras extrañas que se empiezan a amar desde la primera zancada, desde el primero paso.

Más de la mitad de la superficie protegida

 

La Geria, el mayor ejemplo de simbiosis naturaleza hombre.

La espectacularidad paisajística del municipio de Yaiza no pasa desapercibida y está ampliamente protegida por la normativa que regula los espacios naturales de Canarias. La singularidad, belleza e interés científico de su geografía y naturaleza hace que el 54 % de sus 211,80 kms2 de superficie, un poco más de la cuarta parte del territorio insular, esté sometido a protección. Dejados al margen los 93, 17 kms2 no protegidos, los 118,67 kms2 son todo una suerte de figuras proteccionistas que van desde el Parque Nacional de Timanfaya al Sitio Científico de las Salinas del Janubio pasando por el impresionante Monumento Natural Los Ajaches, uno de los dos macizos montañosos históricos de la isla, el Parque Natural de Los Volcanes y el Paisaje Protegido de La Geria. Nada más y nada menos que 5 de los 13 espacios protegidos de la isla se retuercen en este municipio situado en sur de la isla.Cuanto más recorres estas zonas más que te apetece repetir.

Pueblos pequeños, zona turística grande

El municipio de Yaiza está salpicado de pequeños pueblos, unos cerca del mar, otros metidos en el macizo montañoso y algunos en los valles, entre montañas y volcanes. Así, siguiendo la línea sentido al sur de la carretera Lz2, el primer pueblo con el que nos encontramos es un centro bastante turístico, con dos hoteles, puerto deportivo y complejos residenciales. Se llama Puerto Calero y es una de las poblaciones más recientes. Después de Puerto Calero, también pegado al mar, se encuentra Playa Quemada. Pequeño, con casas separadas y buena oferta de restauración, sus playas de arena negra y piedras sueltas volcánicas al pie de las montañas de Los Ajaches, le dan una dimensión entre zona veraniega tradicional y espacio natural.Los amaneceres, entre montañas y volcanes, son impresionantes.

Volviendo a la carretera principal, alejándonos del mar, en la rotonda que recrea un escultural pareja de camellos tenemos la oportunidad de elegir la salida hacia Las Casitas, Femés, Maciot y las Breñas, metidos los tres pueblos en el macizo de Los Ajaches, o seguir por la carretera principal y ver los dos pueblos no costeros más poblados, Uga, y la capital del municipio, Yaiza. Desde aquí, podemos subir en dirección a la segunda montaña más alta de Lanzarote, La Atalaya, y visitar el pueblo de La Degollada o seguir por la carretera principal dirección a Playa Blanca, donde encontraremos en las proximidades de unas espectaculares salinas un diminuto pueblo de un decena de casas de arquitectura típica lanzaroteña. Es la Hoya. En la siguiente rotonda, podemos seguir la señal que invita a desviarse hacia El Golfo, un pequeño pueblo encajonado entre el mar y negro volcán, que es, principalmente, un lugar para degustar, en los varios restaurantes que tiene, el pescado fresco y las típicas papas arrugadas con mojo de la isla. Si decidimos acercarnos a El Golfo tendremos que volver sobre nuestros pasos durante un trecho de unos cinco kilómetros por la misma carretera y seguir por la principal hasta la última y principal población del municipio, Playa Blanca, un emporio económico y turístico que es el principal sustento. De las más de 16.000 personas que habitan el municipio, las dos terceras partes se concentra aquí.El Parque Naconal de Timanfaya cuenta con un sendero por el litoral que nos sumerge en el mar de lava en la misma orilla del mar.

Uga, Las Casitas, Femés y El Golfo, puertas de caminatas

De esos pueblos, hay cuatro que son los más recurridos para iniciar las caminatas en la zona. Están por un lado, Las Casitas y Femés, que son la puerta de entrada al Monumento Natural Los Ajaches, con caminatas de ida y vuelta entre ellos y de salida por senderos y caminos de montaña a Playa Quemada, Papagayo o Playa Blanca por los erosionados lomos del macizo. Por otro lado, nos queda Uga, para descubrir el Paisaje Protegido de La Geria o  recorrer los pueblos de Yaiza, La Degollada, Las Breñas hasta El Golfo. Y es este pueblo, El Golfo, el que nos pone a nuestro alcance toda la dimensión volcánica, con sus distintos tipos de lavas y el resultado de su batalla ganada al mar, del Parque Nacional de Timanfaya.

El Monumento Natural de Los Ajaches nos ofrece un macizo viejo lleno de barrancos y montañas con senderos y caminos.

Mar bravo, mar sumiso, montañas y llanuras, volcanes impenetrables y cenizas volcánicas colonizadas por el hombre, dan unas tonalidades inmensas que hacen del camino un gozo inenarrable.   

Playas de arena en Papagayo.

 Esa es la expresión de superficie y distribución poblacional de un municipio que iremos conociendo ahora paso a paso. Sin prisas, sin pausas. A veces con la boca abierta, a veces con un remojón en sus aguas y siempre con el mayor respeto medioambiental.

De caminata, en Los Ajaches, con el pueblo de Playa Quemada de fondo.

El consejo es que no dejes que te lo cuenten ni que te impidan disfrutarlo. Botas, mochila, agua y mucha ilusión. Yaiza bien vale una semana de pateos.

La zona de El Golfo con su lago verde y el pequeño pueblo entre volcanes es una visita obligada.

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