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¿Hay algo más aburrido que un  pleno en agosto?

 

Agosto es agosto. La gente está más pendiente de los termómetros, los actos de las miles de fiestas veraniegas y los rayos del sol, sin olvidar las terrazas y la cervecita, que de las cosas de los políticos. Que también están ellos más pendientes de esas cosas que de las que conllevan mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos. Y parece hasta lógico que en el eterno mes fetiche del descanso y las vacaciones se estiren las emociones y se recojan las obligaciones. Pero hoy tocó pleno en el Ayuntamiento de Tías y hacía años que yo no aparecía por aquel salón. Esperaba que entre los nuevos y los viejos concejales me dieran una imagen más moderna y con nuevos contenidos y formatos. Pero mi gozo en un pozo.

De los temas tratados, me quedo con el que plantea aumentar el IBI del 0,4 % al 0,5% a los grandes emporios turísticos del municipio, unos 24 o 25 inmuebles hoteleros, con la vocación de ser progresivos en la tributación, alojando la opción de que contribuyan más los que más tienen y más se benefician del crecimiento turístico mientras se mantiene al resto de los propietarios con el porcentaje menor permitido. El concejal de Hacienda del Ayuntamiento, Tomás Silvera, hizo una buena exposición sobre el tema, intentando, claro, poner en valor las bondades de la medida e incidiendo en que se ajusta a la normativa y va en línea con lo que se hace también en otros destinos turísticos, donde el sector es el máximo generador de riqueza.

El tema podría haber tenido un buen debate. Pero el portavoz del PP, Francisco Aparicio, prefirió hacer una exposición descontextualizada, sin entrar en profundidad en el tema, priorizando la desacreditación general del grupo de gobierno que de la medida en sí, con lo que no aportó nada nuevo. Quizás ese sea uno de los problemas de la oposición del PP: concentrar toda la artillería en una sola voz, en lugar de especializar a  sus concejales por temática, resta eficacia y suma monotonía.  La única concejala de VOX, María Esther Amargo, tuvo un intento de cuestionar la medida al entender que esas grandes propiedades ya contribuían a la sociedad creando riqueza, empleo y aportaciones a Hacienda y a la Seguridad Social pero no fue más allá de un esbozo  urgente, falto del discurso y la vehemencia que se espera.   

Por supuesto, el grupo de gobierno aprobó sus puntos sin problemas. Le valió su mayoría absoluta consolidada entre el PSOE (10) y Podemos (1) que usó también para aplicar el rodillo para dejar fuera de juego las mociones del PP sin mirar mucho si eran interesantes o no. La apreciación es que todas fueron desestimadas por venir de dónde venían, del Partido Popular. Aunque también las hubiesen podido dejar fuera por la desgana y poca convicción con las que las defendió su portavoz.  En fin, un pleno de agosto que me anima a seguir mi ostracismo plenario. No es que uno quiera ir a un pleno a pasarlo bien, pero bastaría con ver un debate inteligente en el que, como mínimo, se sospechara que esas personas que representan al pueblo tienen la capacidad y las ganas de escenificar sus intenciones. No es mucho pedir. Pero para agosto, y con este calor, me parece hasta agobiante.

elperiodicodelanzarote.com