Un bono consumo para reactivar el pescado de Lanzarote y La Graciosa: una oportunidad que no podemos dejar pasar
- Armando Santana, consejero insular de Bienestar Animal.

El próximo 19 de diciembre presentaré en el pleno del Cabildo de Lanzarote y La Graciosa una moción para poner en marcha un bono consumo destinado exclusivamente a la compra de pescado de nuestras islas. No se trata de una medida simbólica ni de un gesto aislado: es una respuesta necesaria ante la situación crítica que vive nuestra flota pesquera y una apuesta estratégica por reforzar un sector esencial para nuestra economía y nuestra identidad.
Nuestros pescadores atraviesan un momento especialmente delicado. El aumento continuado de los costes operativos, la competencia de productos importados a precios inferiores y la dificultad para mantener la rentabilidad están amenazando la viabilidad de una actividad que ha sido históricamente fundamental para la isla. A ello se suma el serio problema del relevo generacional, que compromete la continuidad del sector en los próximos años.
Al mismo tiempo, se da una contradicción difícil de justificar: Canarias es la comunidad autónoma con menor consumo de pescado de toda España. Contamos con una materia prima de extraordinaria calidad, sostenible y de proximidad, pero nuestros niveles de consumo no acompañan. Esta diferencia afecta directamente a la demanda interna y, por tanto, a la capacidad de nuestros pescadores para comercializar sus capturas de forma justa.
La propuesta del bono consumo no es improvisada. Responde a criterios técnicos y a la experiencia acumulada de otras administraciones que han utilizado instrumentos similares para reactivar sectores en situación de riesgo. Este tipo de políticas consigue: aumentar la demanda inmediata, favoreciendo la compra de pescado fresco local, inyectar liquidez en cofradías, pescaderías y comercios minoristas, sostener empleo y actividad económica ligada al mar, promover hábitos alimentarios más saludables y de cercanía y fortalecer la economía azul, alineada con los objetivos de sostenibilidad y resiliencia insular.
Me queda claro que este bono consumo no soluciona por sí solos los problemas estructurales del sector pesquero, pero es un mecanismo eficaz, rápido y directo para aliviar tensiones y generar un impacto visible en el corto plazo. La moción que presento no habla de partidos, sino de responsabilidad. El sector pesquero forma parte de nuestro patrimonio económico, cultural y social.
Defenderlo significa apostar por la calidad, la sostenibilidad, el producto de kilómetro cero y riqueza local.
Por eso, confío en que todos los consejeros y consejeras del Cabildo de Lanzarote y La Graciosa independientemente de su posición política respalden esta iniciativa. Lanzarote y La Graciosa necesitan medidas valientes y útiles, y este bono consumo representa una oportunidad real para apoyar a quienes viven del mar y para fortalecer la conexión entre nuestra ciudadanía y el pescado local.
El camino hacia una economía más sostenible y más justa comienza con decisiones como esta. Recuperar el valor de nuestro pescado es recuperar una parte esencial de lo que somos.