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Fallece Manolo Vieira, el artista que nos ayudaba a reírnos de nosotros mismos

El gran humorista canario Manolo Vieira falleció anoche, a los 73 años de edad, en su isla natal, Gran Canaria. No pudo terminar la gira que programó por todas las islas canarias, “La última y nos vamos” con la que pretendía despedirse del público canario antes de jubilarse definitivamente del arte de hacer reír, del que era un consumado genio. De hecho, la pasada semana tenía previsto estar en el terrero Ulpiano Rodríguez Pérez, en Tías, como figura estelar de las fiestas patronales en honor de La Candelaria, pero el mismo día del acto tuvo que suspenderse porque fue ingresado de urgencia en el hospital. Al pasar los días, volvió a su casa y parecía que todo había sido un susto. Pero cuando dábamos por hecho que ya estaba recuperándose, nos llega el mazazo de su muerte. Canarias entera está triste, se nos ha cortado la risa, aunque se nos hayan agolpado en nuestras cabezas miles de recuerdos de gestos, palabras y muecas del artista en acción.

Vieira llevó su espectáculo por la Península y América, hizo reír a grandes y pequeños de muchos sitios, pero era en Canarias donde conseguía su mejor conexión con el público.  Porque aquí, ir a un espectáculo de Manolo, era como ponernos delante de un espejo que, de forma distorsionada, exagerada y graciosa, nos revelaba nuestra forma de ser y pensar, provocándonos la risa de nosotros mismos. Nos ayudó a reírnos de nosotros mismos, con la complicidad impagable de que era uno de los nuestros. Él no se reía de los canarios, no ridiculizaba con el “yayo, guagua y similares” que malos payasos revestidos de humoristas usan para menospreciar el español hablado en canarias. Al revés, él era fuente de aportación y recuperación de términos y giros que la aculturación de los últimos años estaba haciendo desparecer.

Después de tantas risas con él, en estos momentos, unas lágrimas es lo único que nos reconforta. Aunque, desde mañana mismo, estaremos riéndonos con su recuerdo para siempre. ¡Que descanse en paz, se lo merece!

elperiodicodelanzarote.com