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Pedro versus José Juan

Aunque por las batallas que hemos vivido estos días parezca otra cosa, lo que se decide en las próximas elecciones al Cabildo de Lanzarote no es si Pedro San Ginés la tiene más grande que Pepe Torres o viceversa. La cosa no va por esos derroteros, aunque, evidentemente, el enconamiento y sinrazón que desgobierna CC ayude, de forma clara, al verdadero rival político (el enemigo, como dejara muy claro Churchill hace mucho tiempo y aquí se vuelve a confirmar, está siempre en el propio partido).  Si Coalición Canaria tuviera alguna ideología, si realmente primara su sentir nacionalista por encima de sus filias y fobias personales, si realmente creyera que es el instrumento adecuado para garantizar una mejor vida a los lanzaroteños no estarían tres meses antes de las elecciones enfrascados en una batalla fratricida que se ha convertido en el único aliciente de sus débiles rivales.

La batallita interna, que ocupa y entretiene a los principales líderes de CC, es el balón de oxigeno que necesita José Juan Cruz  para darle un respiro a sus huestes  socialistas, que Carlos Espino y Cía dejaron  hundidas en la miseria política en su etapa loca como secretario general  del  puño y la rosa insular. José Juan Cruz Saavedra, que tiente tanta experiencia como ilusión, sabe que para sacar del hoyo al muerto que le encasquetaron  Espino y Cía, que redujo a cuatro consejero de veintitrés  la presencia del  PSOE en el Cabildo que gobernó con mayoría absoluta en 1983-1987 y que presidió del 1993-1995, del 1997 al 2003 y del 2007 al 2009, necesita no sólo reinventarse él y reinventar al partido sino también contar con la suerte de que el fuerte rival nacionalista se deteriore por si mismo.

Y, por ahora, lo único que se está evidenciando es que la mala praxis del rival le está acompañando. Hace unos días, fue un juzgado de Melilla quien encendió las luces de alarma del presidente y de sus hombres  al ver como ordenaba la detención de uno de los principales aliados de Pedro y su gestión, al gerente de Canal Gestión Lanzarote, Gerardo Díaz, que ha salido más en rueda de prensa, en estos dos años, al lado del presidente que cualquier consejero del Cabildo, incluido el "pocacosa política" del vicepresidente socialista Joaquín Caraballo, consumido por su propio éxito y contradicciones. La externalización de la gestión del agua ha sido uno de los grandes éxitos de Pedro y uno de sus avales para defender su buena gestión y así lo entiende el presidente que piensa recordárnoslo muchas veces en estos meses de mítines, promesas, programas y mentiras. Ahora, su pena, es que cada vez que salga con el bueno de Gerardo, se arriesga a que coincida con cualquier información proveniente de Melilla en la que cuestionan su anterior gestión en Hispanagua y abra sospechas sobre la "milagrosa" adjudicación que se llevó a cabo en Lanzarote. Además, Pedro sabe que hay muchos poderosos, políticos, abogados y periodistas, que están esperando cualquier excusa u oportunidad para ponerle aquello de "aquí descansa el ex presidente del Cabildo...".  Aunque, también saben todos ellos que Pedro tampoco es de los que se achica ante la adversidad.

Pero los males de Pedro no acaban en sus queridos enemigos sino que se le acumulan con la sentencia del caso de la Cueva de los Verdes, donde el alcalde de Haría le da un revolcón por partida doble. Sí, por partida doble, porque no sólo pierde el pleito sino que lo hace por lo que podría considerarse una temeridad por parte de uno de sus asesores más prestigiosos. Pierde el caso, ¡Dios mío!,  por no presentar Calatayud, la documentación en plazo y encima lo hace frente a un abogado del despacho que representa a todos y cada uno de sus enemigos. Hay quien  de broma, pero con muy mala leche, le recomienda al presidente que contrate a Agustín Domingo Acosta, que esas cosas no le ocurren ni se le pasan los plazos.

Pero como el día no acaba hasta que llegue la noche, la dirección insular de CC decidió ayer impedir a Pepe Torres que sea candidato en Haría, dejando así el camino expedito para que Marci Acuña sea el cabeza de lista de su partido en el municipio norteño y para que Pepe Torres trabaje ya abiertamente en favor de los intereses del  socialista Pepe Juan, que es el que está llamado a infligir el peor castigo a San Ginés. Derrotar a Pedro es, simple  y llanamente, apartarlo de la Presidencia del Cabildo. Tarea nada fácil, por otra parte, porque por muchas veces que se enumeren las debilidades del susodicho no se pueden obviar las fortalezas que tiene. Y realmente las tiene, aunque él se empeñe en darle prioridad a mostrar sus debilidades sin rubor ni concierto.

Pedro San Ginés cuenta con un poder inmenso que va desde la omnipresencia del Cabildo que preside en muchos sectores sociales, económicos y políticos, hasta el máximo escalón de su partido, donde tiene al candidato regional amarrado en corto con el apoyo que le brindó en su elección. Cuenta, también, con un grupo duro fiel y mayoritario en CC que sabe que la supervivencia de Pedro es esencial para la consecución de sus objetivos y maneja, desde todo ese entramado, a la prensa amiga y controla a la enemiga.

No es poca cosa para un candidato en estos tiempos de pobreza y necesidades, donde toda financiación está bajo sospecha. El mayor problema de Pedro, otro problema, es que no le vale con ser la fuerza más votada para mantenerse en el Cabildo, objetivo que casi todo el mundo le reconoce. Sabe que ha roto todos los puentes con el resto de las fuerzas que podrían apoyarle, que controla a CC pero que no tiene nada más. Y que el PSOE no está dispuesto a ponerle otra vez cuatro soldaditos de trapo tan disciplinados que asustaban hasta a los compañeros consejeros del partido del presidente. Sólo un pacto en el Parlamento con el PP, para gobernar Canarias, y con Astrid en el Ayuntamiento de Arrecife, lejos de Cabildo, anima a Pedro a soñar con opciones.

 Por su parte, José Juan sigue a lo suyo.  Como una hormiguita, visitando vecinos, organizando reuniones, yendo a procesiones, a inauguraciones, a luchadas, a dónde sea. El sabe que no cae mal, que se relaciona bien con la gente de esta tierra sin hacer esfuerzos, a veces con sólo soltar su risita, y que despierta confianza en la población mayor de 50 años. Que en ese terreno, Pedro no le hace ni sombra. Intenta mirar para otro lado cuando le hablan de las escaramuzas de Espino y Cía para sabotearle el proyecto y moviéndose por los alrededores de Podemos adónde quieren llevarle los apoyos tradicionales del PSOE con la careta del Carlos Meca, que pasó de anónimo agitador para insultar a políticos, periodistas y todo el que le cayera antipático a sobrexponerse de candidato de Podemos (¡qué hambre tienen algunos y qué mal lo disimulan estos hijos de enriquecidos con la cosa pública!).

En el Cabildo, con un PIL muy tocado, un PP desinflado,  y Alternativa y Podemos repartiéndose el  voto de la izquierda más irreal, la verdadera lucha es elegir entre Pedro San Ginés (CC) y José Juan (PSOE).  La lucha se circunscribe al grupo de gobierno. Consiste en quién echa a quién. Y, por el momento, Pedro lleva una ventaja pero que se le acabará el día de las elecciones si no abre brecha lo suficientemente grande que impida que Pepe Juan encabece una alternativa para que no llegue al 2016 de presidente. Cuanto más cerca esté en votos Pepe Juan de Pedro, más lejos estará este de la Presidencia del Cabildo. Y si Pedro pierde la Presidencia del Cabildo, se acabó la historia de aquel cantinero que dejó a Manuela hablando sola y a Carlos Espino imputado y emputado.  Pero ya se sabe que un clavo saca otro clavo.

Vamos a verlas venir, que queda tiempo para seguir reflexionando.

  

 

 

 

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