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Extranjeros y emigrantes, a votar

Recorrido electoral  (40)

 ¿Quiénes tienen que decidir cómo se organiza y qué  se hace en un municipio? ¿Los  vecinos que viven en el momento determinado en la jurisdicción o sólo los residentes nacionales vivan o no en el mismo siempre que mantengan la residencia? La pregunta no es nueva ni siempre se le ha dado la misma respuesta. En la actualidad, tienen derecho al voto los residentes españoles  vivan o no en el municipio más los ciudadanos de la Unión Europea y los extranjeros extracomunitarios con los que España tenga convenio de colaboración que garantice la reciprocidad, o sea, que los españoles emigrantes puedan votar allí también. Así se dan casos tan rocambolescos que aquellas personas que llegan a España huyendo de una dictadura ven restringidos sus derechos de participación en su comunidad, en su municipio de residencia, como el último zarpazo del sátrapa que creyó dejar atrás. Se podría dar el caso que un municipio español tenga 200 chinos y 10 lugareños y que sean estos sólo los que organizan y gobiernan el municipio. Me imagino que no será la mejor situación para conseguir la felicidad de esa comunidad. Estoy  convencido de ello.

Por otra parte, nos encontramos decidiendo cómo se organiza el municipio y a qué actividades se les da prioridad en los próximos cuatro años a los residentes emigrantes que viven a miles de kilómetros y cuya realidad cotidiana corresponde a otro espacio y otras organizaciones. Lo lógico, me parece a mí, es que el lanzaroteño que se encuentra en Colombia participe, mientras esté allí, en la definición de la realidad diaria y el uso y abuso del espacio público que le concierne y el colombiano residente en Lanzarote haga lo mismo aquí. Por el momento, y desde hace unos años, funciona ese convenio de colaboración entre países democráticos, o aparentemente democráticos o que por lo menos celebran elecciones,  que permite  que el lanzaroteño vote allí y aquí en las locales.

Más de de 2400 lanzaroteños en el extranjero que votan

Hay por el mundo desperdigados unos 2430 lanzaroteños que están recogidos en el Censo Electoral de Residentes en el Extranjero, que tienen derecho a votar en estas elecciones locales. No sé cuántos han votado en las elecciones anteriores, aunque no creo que muchos porque en Lanzarote, al revés que en las islas occidentales donde sí tienen una masa mayor de población emigrada, con un mayor impacto en el resultado final, apenas se hace campaña por esas tierras extrañas y lejanas. Pero, en el caso de Haría, por ejemplo, estamos hablando de casi más de un concejal, con más del 10% del censo total, ya que son 363 los harianos censados con derecho a voto que viven fuera del territorio nacional, lejos de su Haria natal y 322 los electores de este municipio norteño. 805 arrecifeños, 339 teguiseños, 291 de Tías, 285 de San Bartolomé, 196 de Tinajo y 151 de Yaiza completan esos más de dos mil cuatrocientos lanzaroteños que no tienen quien les escriba por las elecciones.

En cambio, a los que sí se les escribe y a veces hasta se les llama son a todos aquellos que se mueven por la geografía española pero mantienen su residencia en Lanzarote por aquello de lo mucho que tira el terruño y lo que se nota el descuento de residencia cuando uno viaja. A los miles de lanzaroteños que estudian fuera de la isla sí les llega la carta, a veces hasta la visita de un emisario de los distintos partidos invitándoles a que usen las excelencias del voto por correo y  a que no se olviden de quién les ingresó la ayuda municipal o la beca al transporte. Los estudiantes, los desplazados dentro del territorio nacional y los emigrantes internacionales tienen su importancia pero tienen menos cantidad numérica que los desplazados a la isla a trabajar desde las distintas comunidades, que lo primero que hacen es al  bajarse del avión es ir al Ayuntamiento para sacar la residencia y acogerse a los descuentos ya mencionados, desde los países de la Unión Europea y de los emigrantes del resto del mundo. Lanzarote, que fue tierra de emigrantes, sigue siéndolo pero menos. Y, aunque también es menos tierra de inmigrantes que hace unos años, siguen siendo muchos más lo que están aquí de fuera que los de dentro que están fuera. Y eso se nota en las elecciones.  Aunque a veces no tanto como debería, porque muchos venidos con derecho a voto participan menos, incluso, que aquellos que siendo de Lanzarote llevan años viviendo fuera.

Más de 32.000 extranjeros

En Lanzarote hay más de 32.000 personas extranjeras residiendo (personas, no todas electores)  de las que casi 17.000 son de la Unión Europea  (con más de  6.200 británicos, 3.200 alemanes, 2300 italianos y 1100 rumanos como principales comunidades)  y más de otras 600 del resto de Europa. Hay unos 7.500 americanos, con unos 3.000 colombianos como principal comunidad,  y más de 5100 africanos, con los marroquíes liderando con más de 3800. También llegan a Lanzarote más de 2.400 asiáticos  y hasta cinco de Oceanía y algún apátrida. Pero el problema que tienen a la hora de participar en las elecciones de su municipio, aparte de que algunos provienen de países sin convenio y no pueden votar hasta que consigan la nacionalidad, o el DNI como dicen ellos,  es que para poder votar tienen que registrarse previamente en el censo electoral en el plazo que se abre para ello y del que muchos ni se enteran. No se explica que en un país donde se tiene derecho al voto por ser mayor de edad no se les aplique el mismo criterio, sin más, a todos los que, por convenio o por ley,  tienen derecho ya sean de Bristol, La Asomada, o Bogotá.  Así nos ahorrábamos la imagen que se da en los colegios electorales cuando los extranjeros residentes van ilusionados a votar y se encuentran con que no se inscribieron en una fecha que ni se enteraron.

Los más de 21.000 españoles procedentes de otras comunidades, principalmente de Galicia y Andalucía, las más acostumbradas a emigrar, aunque hay de todas, no tienen ese problema aunque tan poco se implican mucho, o por lo menos de igual manera que los locales. Allí donde reside la tropa peninsular o extranjera la abstención sube como la espuma, aunque a medida que van pasando los años de residencia se van comprometiendo más y sus hijos ya guardan pautas semejantes al resto de los lanzaroteños.

Estoy convencido de que hay que favorecer la participación de todos. Dar facilidades y no poner trabas para que sea la comunidad, los vecinos de los municipios, los que organizan e invierten sus recursos de acuerdo con el sentir mayoritario. Da igual que sean chinos, colombianos, marroquíes, ingleses, alemanes, españoles o lanzaroteños de toda la vida. lo importante es que creen, conjuntamente, un espacio de convivencia y de tolerancia en que puedan vivir lo más felices posibles. Es un compromiso con ellos y entre ellos, y no puede estar limitada porque en el país de origen de algunos siga mandando una bestia negra o parda.

La igualdad pasa por defender los derechos del otro como los de uno mismo. Quizás hace falta que participen de forma decisiva para que esas cosas mejoren con su propia capacidad de cambiarlas.

No hay raza, ni religión, ni sexo, sólo votos para mejorar su municipio. Y el  24 de mayo debe ser la fiesta de la igualdad y del derecho a elegir. Sólo me vale que no vaya a votar el que no quiere o sea seguidor del abstencionista de Miguel Angel de León. Lo demás son trabas innecesarias  y perjudiciales para una sociedad transparente y alejada de toxicidades propias de otros tiempos.

 

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