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La “gracia” de Bankia

Tienen más de una semana sin cajero a La Graciosa porque les coge de sorpresa que haya calor en verano y se les achicharra el dispositivo

 La Graciosa ha dado estos días un ejemplo claro de lo que significa en la calidad del servicio la concentración bancaria promovida en los últimos tiempos. Un ejemplo claro y muy evidente. A la Isla, con más de 600 habitantes y con cerca de dos mil visitantes en los días del verano, llegó hace años la Caja Insular de Ahorros, La Caja de toda la vida, cuando su objetivo era estar en todos los rincones de Canarias, cerca de los impositores, al lado de los clientes. Pero con los años, la gestión de La Caja, como las de otras entidades de crédito españolas, se fue ennegreciendo con tanto ladrillo y politiqueo y acabó metida primero en fusión con otras cajas, entre ellas Caja Madrid, y acabó absorbida, después, por BANKIA, ese monstruo financiero bajo control público, que despierta más sospechas de las imaginables en el sector financiero.

La cosa ha llegado al extremo en La Graciosa que el único cajero de la isla, que es de Bankia, la única entidad en la isla, por herencia de La Caja, ha estado sin funcionar más de una semana, dejando al pairo a todos aquellos vecinos y visitantes que no tuvieran dinero en efectivo y quisieran adquirir bienes o servicios en los comercios de la zona que no aceptan tarjetas. No son todos, pero sí hay algunos. Además, hay pagos como el de la cerveza, comprar el pan, el periódico y esas cosas que nadie hace con tarjeta. Se dieron casos de gente que cogió el barco para trasladarse a Lanzarote, sacar dinero en un cajero y volver a La Graciosa con liquidez. Incomprensible en los años que vivimos. Sobre todo, si llegas a  Orzola, donde está el puerto que une las dos islas y tampoco tiene cajero y debes llegar a Arrieta o Haría, para sacar dinero.

 Bankia justifica la avería aduciendo que fue el calor el que dejó inoperativo su cajero de La Graciosa. Y lo dice como si no hubiera calor durante todo el verano en La Graciosa y fuera la primera vez que se queda inoperativo el cajero. Los vecinos denuncian que está más tiempo sin funcionar que funcionando y algunos dicen que, después de esto, ya entienden mejor qué pasó en Bankia. A directivos que coja de sorpresa que haya calor en agosto en La Graciosa y que no se les ocurra ponerlo en un lugar de mayor sombra, después de repetidas averías, habría que darles una indemnización multimillonaria, sin lugar a dudas. Ya está arreglado, pero como hace calor, no le extrañe que se vuelva a quedar inoperativo.

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