La erupción causó una masacre de animales de granja y compañía por falta de planificación
- Redaccion
La erupción volcánica de 2021 fue también un drama para los animales de compañía y de granja que no dio tiempo a evacuar. Protectoras y asociaciones animalistas refieren que fueron miles los animales rescatados de la zona de exclusión tras el inicio del proceso eruptivo, en una improvisada labor en la que participaron voluntarios y personal de seguridad y emergencias. Pero también estas mismas fuentes apuntan a que la cifra de animales de granja y compañía muertos puede ascender a miles. A eso se une que al llegar esta emergencia, La Palma carecía de un albergue insular público y se tuvo que improvisar en un polideportivo municipal.
Resulta llamativo el que en las ruedas de prensa y comunicados del Cabildo palmero y del Gobierno canario se obviara totalmente que no hubo evacuación preventiva (sino ya iniciada la erupción) tampoco de los animales de compañía (ni de la mayoría de los de granja), y que ni siquiera se facilitaron datos del operativo para rescatarlos ya iniciada la erupción
En una ocasión, concretamente a principios de diciembre de 2021, durante las ruedas de prensa diarias del PEVOLCA a lo largo de la erupción, un periodista preguntó por esta información y el director de la emergencia, Miguel Ángel Morcuende (hoy director general de Espacios Naturales en el Gobierno canario) contestó que no la tenía a mano y que la daría en una siguiente rueda de prensa. Pero eso nunca ocurrió.
Pareciera que las autoridades de entonces querían correr un tupido velo sobre todo lo que tuviera que ver con este tema, y eso que en la sociedad actual la sensibilidad sobre los animales ha aumentado de un modo más que notable. Por tanto, no hay cifras oficiales.
Por no haber, la isla no contaba, ni cuenta, con albergue público de animales, por lo que los rescatados de la zona de exclusión durante el proceso eruptivo fueron cuidados en un polideportivo municipal junto al IES Eusebio Barreto habilitado de forma improvisada como albergue, sin las mínimas condiciones para ello, al punto de que durante unas lluvias, los animales se mojaron y pasaron frío.
Esto supuso que a raíz de la erupción volcánica todo el peso recayera en asociaciones y voluntarios, sin un plan o protocolo organizado oficial. Voluntariado del Colegio Oficial de Veterinarios se integró en el operativo del PEVOLCA.
El mantenimiento y avituallamiento de comida para estas instalaciones improvisadas donde cuidaban a los animales rescatados del volcán se hizo gracias a donaciones y trabajo voluntario.
El Colegio de Veterinarios de Tenerife, en comunicado emitido a finales de septiembre de 2021 cifró en casi 4.000 los animales rescatados, atendidos, cuidados y alimentados desde que había iniciado la erupción. Nunca se han dado cifras oficiales de animales fallecidos o desaparecidos, pero colectivos animalistas estiman que son miles. Ese colegio profesional indicó también que por esas fechas ya habían sido 130 veterinarios los que voluntariamente habían participado en la emergencia.
En un debate organizado por el foro LA PALMA OPINA en abril de 2022, la abogada animalista Francisca Gutiérrez, de la Red Canaria de Abogados por el Bienestar Animal y el Medio Ambiente (CABAMA), lamentó que en Canarias no existía «todavía un protocolo de actuación sobre los animales debidamente aprobado» ante una emergencia o catástrofe, por lo que «si no hay plan en vigor, tampoco están los recursos» necesarios para ponerlo en práctica.
Esto supuso que a raíz de la erupción volcánica «todo el peso recayera» en asociaciones y voluntarios, y ha quedado la «percepción de que en el rescate de los animales la Administración pública poco ayudó», y que la colaboración en este sentido de Cruz Roja, Protección Civil y fuerzas y cuerpos de seguridad se hizo «sin un plan organizado oficial».
«Lamentablemente montones de animales murieron calcinados», aseveró la representante de la Red CABAMA.
Desde la protectora Unidad de Protección Animal (UPA) La Palma, Paula Rey subrayó en el foro La PALMA OPINA que «el plan de emergencia contemplaba la evacuación de animales, tanto de ganadería como domésticos, pero no se ejecutó», por lo que «el rescate fue un desastre desde el minuto uno y las protectoras hicimos lo que pudimos», «sin ayuda de nadie a nivel institucional» sino con la de muchos particulares que hicieron donaciones. «Ha sido un desastre absoluto, una dejadez, inmoral, por la cual hemos tenido que dejar animales detrás, sin poder rescatarlos», apostilló Rey.
Confesó haber vivido durante la erupción momentos espeluznantes tratando de salvar animales en la zona de exclusión, donde a los sobrevivientes los encontró hambrientos, deshidratados e irascibles por el machaqueo de las explosiones y el sentirse desorientados.
Fernando Martín Acosta, animalista y del PACMA (fue candidato al Senado por La Palma), vivió de primera mano la catástrofe volcánica rescatando seres vivos con una asociación animalista en la zona de exclusión. Entrevistado en prensa, apuntó un dato sorprendente y aterrador: según sus estimaciones pudieron haber muerto unos 15.000 animales, y se rescataron 7.000, una situación que tacha de «auténtica masacre» y la atribuye no a la furia implacable de la naturaleza sino a «la descoordinación y el caos» por la falta de un plan de evacuación para situaciones de emergencia.
La presienta de la protectora Benawara, Esther Campos, en una entrevista publicada en prensa en abril de 2022, declaró que «con los animales en la erupción se han vivido dramas porque la gente los ve como su familia y lloraba al separarse de ellos».
Relató la enorme labor de las asociaciones animalistas en la catástrofe y apuntó que hasta entonces, solo el colectivo que ella representa había atendido a más de mil perros y gatos que atendió en el albergue improvisado en el que se convirtió el polideportivo de un instituto de Secundaria en Los Llanos de Aridane.
En esa entrevista, la representante de Benawara denunció que los protocolos oficiales no previeron las medidas necesarias para una evacuación masiva de animales.