
Llegamos a La Graciosa el viernes, día 2 de septiembre, a las 9 de la mañana. Después de media hora en coche y media hora en barco, nos encontrábamos en Caleta de Sebo, punto de inicio de nuestra aventura de recorrer el litoral de la Octava Isla en dos jornadas caminando en este paraíso canario. El llegar a La Graciosa se vive como una aventura, aunque uno venga del otro lado de El Río, de Lanzarote, a la que pertenece administrativamente esta isla. Pero es que la coqueta isla mayor del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, con sus casi 30 kms2, poco más de 700 habitantes, y dos únicos asentamientos poblacionales, Caleta de Sebo, el principal, y Pedro Barba, de población turística únicamente, se presenta como el lugar ideal para alejarse del mundanal ruido de ciudades y pueblos más grandes y más ruidosos.

