Godos
Hacía ya mucho tiempo que no oía el descalificativo "godo" en el ámbito político. E, incluso, suena cada vez menos en la sociedad lanzaroteña, invadida en las dos últimas décadas por todo tipo de seres humanos, venidos de ultramar. También muchos españoles, que así llaman a los ciudadanos nacionalizados por el Estado español.
Ahora, la pequeña terremoto de ATI-CC que es Ana Oramas, que vive y trabaja (o por lo menos va) en la capital de España (de Godilandia, para ella) como diputada Nacional se desmarca y se "lepeniza" (como gusta decir al izquierdista Trujillo) tildando a la jueza que prohibió los mogollones en el entorno del Parque Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria de "goda".
La mujer, en su afán de hacer más sonora su crítica a las medidas judiciales, exhibirse como una carnavalera de pro y acercarse al populacho grancanario disparó sin contemplaciones contra una jueza que es peninsular (como la gran mayoría de los jueces, médicos, y funcionarios de alto nivel que hay en Canarias) y que posiblemente sólo cumpliera con su obligación de fallar de acuerdo a los preceptos y normativas vigentes. Las palabras de la pequeña y ágil nacionalista no tienen sentido ni perdón. Son claramente despectivas, no aportan nada al debate político, salvo su malcriadez y sus aires que rozan la xenofobia, y es una falta de respeto y del juego limpio que debe respetar quien vive de representar uno de los poderes del Estado, el legislativo. O por lo menos de eso come y seguro que bien.
El descalificativo de Ana es doblemente grave porque quiere vincular la decisión de la jueza a su procedencia y no a la incapacidad de la defensa en el caso para llenar el procedimiento de razones para que no se tuvieran en cuenta las exigencias de los vecinos litigantes. Escupe contra la jueza sin dar razón jurídica de peso que justifique que actuó como una goda ( hay que agradecerle a Ana que no dijera como una "goda hedionda", expresión también muy popular y canaria) y la descalifica como "goda" de forma tan injusta como decir que los suyos son los exabruptos de una persona que llora su falta de protagonismo en CC y su "ultrachicharrerismo" cargando su lengua viperina de mostaza dialéctica e insultante.
Es verdad, en su descargo, que en Canarias, a veces hemos usado de forma generalizada la palabra godos para referirnos a todos los españoles, a excepción de los canarios ( algunos dirán, ¿con razón?, que sobra la excepción) y es verdad también que en muchas ocasiones con toda la razón del mundo. Ha habido tiempos en los que los peninsulares que llegaban a Canarias ( a las Canarias, según ellos) venían más a tomar posesión de sus tierras que a convivir con los canarios. Y todavía hoy, los hay, y los conozco y algún día hablaré de ellos, que se atreven a decir que los peninsulares residentes y sus hijos no deberían mezclarse con los canarios de toda la vida, que son zafios, endogámicos y poco abiertos. Lo dicen y lo hacen, los muy godos (con perdón). Pero eso es otro cantar y dará para otro artículo.