PUBLICIDAD

Con ustedes

“Para lograr grandes cosas, no solo debemos actuar, sino también soñar; no solo planear, sino también creer”, Anatole France.

 Como ya muchos saben soy maestra, educadora de vocación, desde pequeña este siempre fue mi juego preferido. La vida también me llevó a dedicar mi juventud al voluntariado en diferentes asociaciones y ONGs y casi siempre ligadas al mundo de la infancia y la juventud en riesgo de exclusión social. También en mi infancia descubrí el valor de nuestra riqueza natural y cultural. Mi madre es artesana y mi padre, además de profesor, parrandero. Esto me hizo pasar gran parte de mi infancia de feria en feria, de fiesta en fiesta y de pueblo en pueblo. Nuestra historia, nuestro pasado y nuestros aprendizajes determinan en gran parte nuestro futuro. Así, siguiendo los pasos de mi padre, que también ejerció la política desde el espacio canarista, y con la firme creencia de que la representación pública debe ser una herramienta para construir una mejor sociedad, me presento como candidata a la alcaldía de Tías por Nueva Canarias. 

 Cuando decidí dar el paso a la actividad política, alguien me dijo: “pareces buena gente, no creo que dures mucho”. Existe un desencanto evidente por la política y por los políticos que se dicen profesionales. En muchas ocasiones, vemos a políticos más preocupados por conservar un puesto de trabajo en el lugar que sea (cargo institucional o asesor), que por ponerse al servicio de los ciudadanos. Estos han puesto la atención en mi inexperiencia en el mundo de la política, como un problema severo para ejercer la función de gestión. Es cierto que no tengo la experiencia que tienen otros en este ámbito, tampoco ellos la tenían cuando empezaron, pero lo que sí tengo es una gran capacidad para aprender, tengo voluntad y una gran vocación de servicio. Además, tengo experiencia en muchos otros campos que, no siendo estrictamente políticos, determinan una nueva visión que pone en el centro de la acción pública a las personas. Y lo más importante, tengo un equipo de personas comprometidas y un proyecto para cuidar juntos de Tías.

 Así que sí. Tías, sus vecinos, necesitan de una buena política. Necesitan ideas y proyectos transformadores; una nueva manera de gobernar centrada en las personas que viven aquí. Cambiar, ni más ni menos, que el sistema operativo del municipio.

 Porque todo lo que nos rodea nos condiciona y marca nuestra forma de vida. Un municipio que nos cuida es un espacio centrado en aquello que favorece el bienestar de sus ciudadanos sea cual sea su edad o su diversidad funcional. Poder ir caminando a comprar el pan a la tienda más cercana o llevar a tu bebé de paseo en un carrito debe ser igual de fácil para todos los ciudadanos del municipio. Se trata de cambiar nuestra forma de ver nuestro entorno poniendo a las personas en el centro de la acción política y pública.

 Un municipio que nos cuida también es un municipio con infraestructuras sociales que dinamizan la vida de los ciudadanos, crean comunidad y pueblo. Estas infraestructuras sociales nos permiten estar física y mentalmente sanos. Los bioparques, las bibliotecas, los espacios deportivos, las avenidas, o los teleclubs, son algunos de los espacios que necesitan ser renovados y dinamizados para que cumplan su función: encontrarnos para generar, juntos, experiencias que influyen directamente en nuestra calidad de vida.

 Y para que estas infraestructuras sociales puedan ejercer su función, debemos tener infraestructuras urbanas modernas, accesibles, inclusivas, amables y sostenibles. Porque el hogar ha de estar ordenado, cuidado y conservado. Esto incluye las aceras, las vías, la iluminaria, el embellecimiento, las zonas verdes, las zonas de sombra, todo aquello que, en definitiva, nos hace sentir a gusto en un lugar. Felices.

 Un municipio que nos cuida no puede olvidarse de aquellos que más necesitan ser cuidados. Y por ello cubrir las necesidades básicas de todos y cada uno de los ciudadanos debe ser, en un proyecto canarista y progresista como este, prioritario. Porque el canarismo es el proyecto que entiende y atiende los derechos de nuestra gente.

 Los mayores del municipio se preguntan dónde pasarán sus años de vejez. Quienes los cuidarán. Donde vivirán. Nuestros mayores no quieren macro residencias frías y alejadas de su hogar. Anhelan ser atendidos de forma humana y cercana. Nuestra tarea es asegurarles una vejez digna y activa. Espacios adecuados y adaptados a sus necesidades físicas, mentales y sociales. Debemos hacer posible que cuenten y que compartan sus experiencias con el resto de la sociedad de Tías.

 Las familias de este municipio son el motor que hace funcionar la economía y el sector público. Madres, padres, abuelos e hijos que construyen cada día el pueblo que hoy somos, pero también el pueblo que seremos. Para que sigan siendo nuestro motor debemos ofrecerles servicios públicos de calidad. Necesitamos escuelas infantiles públicas que permitan a las familias conciliar.

 Los jóvenes también tienen su espacio dentro de este proyecto porque son nuestro futuro. Por ello, no debemos actuar como si supiéramos lo que quieren y lo que necesitan, debemos escucharlos y comprenderlos. Proyectar espacios de ocio diversos acordes a sus necesidades, ofrecerles formación que les permita acceder a un mundo laboral cada vez más complejo, incentivar el asociacionismo juvenil y acercarlos a las actividades de voluntariado para que también ellos formen parte de un Tías que nos cuida.

 Un municipio que nos cuida debe cuidar del legado que nuestros antepasados dejaron para nosotros. Nuestro entorno y nuestro patrimonio son únicos y están llenos de una gran riqueza, nuestros campos y nuestras costas, nuestra artesanía, agricultura, ganadería y pesca y por supuesto nuestra cultura, nuestras tradiciones y nuestro Folclore deben ponerse en valor con propuestas que protejan y difundan el sentimiento de canariedad contenida en todas ellas.

 Un municipio que nos cuida tiene la obligación de conseguir el equilibrio perfecto en materia de turismo. Es innegable que este es el motor sobre el que se sostiene la economía del municipio, pero ya sabemos que apostarlo todo al turismo puede salir muy caro, lo hemos visto y vivido. Y sabemos lo que hay que hacer: diversificar nuestra economía y fomentar un turismo más sostenible, que incluya no solo actividades de sol, playa y fiesta sino actividades que hagan comprender al que nos visita que esta es una tierra de enormes riquezas, pero también de una gran fragilidad. Por ello necesitamos implementar propuestas que incluyan nuestra gastronomía y nuestra cultura, propuestas que integren al sector primario o propuestas culturales basadas en nuestro folklore. Educar no sólo al turista, sino a nuestros vecinos, en una visión de Lanzarote, Canarias y Tías más allá del destino de postal playera. Somos una tierra ancestral, bella y frágil que tiene mucho más que ofrecer desde el respeto hacia su conservación.

 Por último, un municipio que nos cuida debe tener un Ayuntamiento que sea ejemplo del hogar que queremos construir, con calidad democrática, haciendo un buen uso del poder que le ha dado el pueblo y centrado con trasparencia en sus tareas y obligaciones. Un Ayuntamiento abierto a la participación ciudadana, respetuoso y empático, con una administración cercana y accesible. Un Ayuntamiento responsable en la contratación pública, que delega las tareas que no puede asumir a empresas transparentes, que cumplan las condiciones requeridas y traten con dignidad a sus trabajadores. Porque quien gobierna en el hogar tiene la responsabilidad de cuidar a todos los que allí residen.

En definitiva, crear un hogar y diseñar un municipio que nos cuide es un proyecto que se construye juntos, con Ustedes.

 

 

Arminda Barreto, candidata de Nueva Canarias a la Alcaldía de Tías.

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar