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Tías y Teguise, tan distintos y tan parecidos

Un año después de aquel 28 de mayo (II)

Estábamos analizando para qué da un año en política. El primer año, después de celebradas las elecciones. Es el 25% del mandato lo que ya se ha esfumado entre la resaca electoral y la indefinición política a la hora de gestionar. ¿Qué podemos ver o presumir después de ese primer año en dos municipios turísticos como Teguise y Tías? Poca cosa.

Apenas cambios de caras en Teguise. En Tías, ni eso. En Teguise siguen mandando los nacionalistas o insularistas y los socialistas le hacen oposición. Así es, en grandes trazos, desde que en 1983, Dimas Martín Martín le birló la alcaldía al PSOE, que había sacado mayoría absoluta. Ocho años de Dimas como alcalde fueron suficientes para que se olvidaran del PSOE. La conexión tan especial que mantuvo  el dos veces Martín con este municipio, se comprueba al ver que, treinta años y pico después de dejar la Alcaldía,  y no sé cuántos entrando y saliendo de prisión por condenas relacionadas con la corrupción, los vecinos de Los Valles le invitan a que sea esta noche el pregonero de las fiestas de su pueblo. Carisma nunca le faltó, atrevimiento tampoco. Pues de aquellos polvos estas criaturitas políticas nuestras actuales.

En Teguise, se han atrevido a poner de alcaldesa a una mujer por primera vez en su historia. Y lo hacen, precisamente, cuando fue el partido socialista el más votado. Pero, con la ayuda de Vox, CC salvó la Alcaldía y gobierna con su socio de referencia, el PP, aunque también ha gobernado, en otras ocasiones, con el PSOE cuando este ha querido. También en Teguise.

El Pacto de nacionalistas, derecha y extrema derecha ha servido para impedir un cambio radical. Ha impedido también que la herencia del actual presidente del Cabildo, después de 12 años de gobierno en Teguise, fuera realmente catastrófica para sus compañeros, a los que dejó un municipio con grandes dificultades. Tantas que casi el incansable socialista Marcos Bergaz les levanta el gobierno y la Alcaldía. Sacó más votos que ellos y más concejales (8 frente a 7, subiendo uno frente a los cuatro que perdieron los nacionalistas) y solo Vox impidió que en las negociaciones para formar gobierno no cambiaran el signo político del municipio. Empate a diez, populares y nacionalistas (7 +3), por un lado. Por el otro, PSOE, NC y PT (8+1+1).  Pero el penalti definitivo lo tiraba el voxero Ginés González y lo tiró por la derecha y a la escuadra, ganándose el amor para siempre de Rita Hernández (PP) y de la alcaldesa, Olivia Duque (CC) que lo tratan como al niño Jesús. ¡De milagro se salvaron los muebles! Y ahí siguen un año después. La tónica es la misma. El gobierno sigue en la misma dinámica y Marcos y sus siete compañeros siguen también con su misma canción de crítica.

Teguise tiene oposición; en Tías, ni eso

Pero, por lo menos, en Teguise tienen oposición. Más fuerte que en el mandato anterior el PSOE, con un concejal más. En Tías, ni eso. El alcalde sigue con su matraquilla de siempre y no se espera nada nuevo tampoco. Y la oposición del PP, el partido de referencia opuesto al PSOE, que ha gobernado Tías durante el mayor tiempo, no da para más. Al hecho de que se desinflaron en la elecciones, bajaron de 9 a 7 concejales y pasaron de ser la primera fuerza desde 2011 a la segunda, adelantados por el PSOE, se suma que tiene un portavoz, Kiko Aparicio, que tiene lo mismo de líder que una zanahoria en una reunión de conejos.

 

En Tías, el municipio se ahoga en la rutina, con un alcalde preocupado en solventar los problemas que dejó sin hacer hace veinte o treinta años pero sin capacidad ninguna para ordenar el municipio para afrontar los retos y exigencias del presente y futuro. Suena ridículo verle celebrar que, al fin, va a asfaltar el Camino Berriel, apenas medio kilómetro de longitud, cuando por su culpa, fundamentalmente, no ha cumplido su promesa, hecha desde la primera campaña que afrontó como candidato en 1995, hace ya casi 30 años. Y lo celebra como si fuera el gran tema municipal.

Teguise y Tías se parecen en que son dos municipios especialmente turísticos, con más de 20.000 habitantes, 21 concejales, y donde sus poblaciones han apostado abiertamente por unas líneas políticas muy definidas. En Tías, lo han hecho por el PSOE; en Teguise, por los insularistas/nacionalistas. Llevan demasiado aceptando que las prioridades se las marquen de antemano los mismos, sabiendo que acabarían dándoles de nuevo sus votos, hagan lo que hagan. Es verdad que cada vez menos, en ambos municipios. Pero ya lo demostró el PRI en sus largas décadas  de gobierno en México: el mismo partido de siempre, aunque ellos pongan un títere nuevo, siempre acaba en desilusión, engaño y más corruptela. Y el problema es que no quieren cambiar. Seguirán con el librito que le dejaron escrito. Tienen tanto miedo a perder por moverse, que perderán por quedarse quietos. Pero, en estos casos, la solución solo viene del cambio de voto de las mayorías. Y para eso todavía faltan tres años. Así que muchos ajos y mucha agua. ¡Y mucha suerte!

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