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'No dejamos a nadie atrás'

En una época frenética, dominada por la tecnología, la inmediatez y el acelerado ritmo de vida, nos hemos topado con un fenómeno que afecta a una parte de la población que, de manera unilateral, todos los demás colectivos han decidido que no es capaz de adaptarse a estas circunstancias: el edadismo.

La discriminación por motivos relacionados con la edad son prejuicios que dan por hecho que todos los miembros en un rango determinado de edad piensan y se comportan de igual manera. Es evidente que más colectivos lo sufren, pero si nos centramos en la invisibilización de las personas mayores, se acentúa el problema y se pone el foco sobre aquellas personas que un día nos dieron todo lo que tenían para que nosotros estemos en la actualidad donde estamos.

Se presupone en muchas ocasiones y de forma errónea que estas personas son menos capaces e incluso se les infantiliza, lo cual no deja de ser paradójico, siendo ellos y ellas quienes han pasado por toda una vida llena de experiencias, dificultades y logros.

En San Bartolomé, no hemos querido replicar estos errores y, bajo el lema de no dejar a nadie atrás, no hemos parado de trabajar de la mano con los Centros de Mayores del municipio, y con muchas otras personas que reman en la misma dirección que nosotros, para brindar a nuestros mayores un envejecimiento activo y digno, centrado en hacerles sentir parte de la sociedad, tal como se merecen.

Más de 500 mayores del municipio participaron en menos de un año en un ambicioso proyecto de envejecimiento activo que hemos puesto en marcha desde hace tiempo y en el que hemos depositado nuestros esfuerzos para que tenga todo tipo de actividades exclusivamente dirigidas y adaptadas al colectivo.

Con ello, no solo hemos querido reafirmar nuestro compromiso con el colectivo y reconocer su papel activo en la sociedad, sino también hemos podido advertir el compromiso y la implicación de los propios mayores, quienes han demostrado con la gran acogida del proyecto las ganas y capacidad que tienen de disfrutar del ocio, la diversión y el aprendizaje.

Estimulación cognitiva, ejercicios terapéuticos, gimnasia, informática o teatro han sido algunas de las actividades que han realizado cada semana en los centros de San Bartolomé y de Playa Honda, una diversa propuesta que puedo asegurar que replicaremos cada año que sea posible y que, como no puede ser de otra manera, debemos agradecer a monitores y monitoras y a todo el personal que se ha volcado para hacerlo posible.

No obstante, no puedo hablar de la gestión y las personas mayores sin nombrar el gran proyecto de este Gobierno, tan esperado como exitoso: el Centro de Respiro Familiar. Sabíamos que este era necesario para garantizar la atención integral a personas mayores con algún grado de dependencia y para ofrecer un apoyo real a sus familias cuidadoras.

Y no nos equivocábamos. El Centro vio la luz en 2024 y, desde su apertura, ha atendido a cerca de dos centenares de personas, alcanzando una estancia media diaria de 242 días. Lo podemos calificar como un gran recurso que complementamos con la atención a domicilio en los hogares de San Bartolomé, con las ayudas para la dotación de camas adaptadas para personas con movilidad reducida o que gran requerimiento asistencial o las acciones enmarcadas en un envejecimiento activo como los paseos saludables.

En definitiva, hemos apostado por políticas de bienestar social útiles y eficaces, con inversiones muy necesarias para atajar problemas como la soledad no deseada o el deterioro cognitivo que se remarcaron tras la pandemia y con un compromiso solidario y humano con el que queremos agradecer y devolver a nuestros mayores todo aquello que nos han dado. Y así lo seguiremos haciendo, porque en San Bartolomé no dejamos a nadie atrás.

Isidro Pérez, alcalde de San Bartolomé

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