Más despilfarro que hechos
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
Comienza el curso político más trascendental de este mandato. Consumidos los dos primeros años de forma holgada, este curso nos planta a las puertas de la campaña electoral de 2027. Ha comenzado la cuenta atrás. Los que no se han significado desde sus cargos, tiempo y dinero público han tenido. Y la verdad es que se han visto más palabras que hechos, al contrario de lo que quiere vender el presidente del Cabildo con su manido “Hechos, no palabras”. Pero tampoco eso es nuevo en la política, donde hacer lo contrario de lo que se dice parece una costumbre demasiado arraigada.
El grupo de gobierno del Cabildo ha querido solucionar los problemas de boquilla y presumir de que los han resuelto de verdad. Pero la realidad es tozuda y nos dice que más de dos años después de su toma de posesión no se ha cambiado nada de lo realmente preocupante. Apenas se han hecho infraestructuras, el agua sigue perdiéndose en miles de roturas de tuberías, el turismo sigue siendo el mismo, las viviendas siguen sin aparecer salvo en las plataformas vacacionales y el transporte público va de maquillaje en maquillaje mientras se sigue sin saber nada del pliego que tendría que modernizarlo y ampliarlo hasta atender las necesidades reales de los usuarios. Y así todo. En cambio, no aflojan los viajes de políticos y políticas a cargo del erario público a los destinos más insospechados. Y, con ellos, los aprovechados de siempre que no pierden oportunidad de hacer turismo ni caja.
Los partidos políticos ya han comenzado también a situarse en el tablero electoral y renuevan comités y urden estrategias para hacer más fácil, llegado el momento, la confección de listas y campañas. Otros anuncian nuevos partidos, nuevas alianzas y nuevos propósitos. Este curso es primordial para todo eso. Dentro de un año, por estas fechas, ya se estará en plena precampaña electoral. Lo que no llega consolidado en esos momentos, entrará a formar parte de la coctelera electoral. Del juego de dimes y diretes, donde todo tiene un propósito tan descarado de engatusar al electorado que nadie le da más valor que eso.
No veo sobre el tablero grandes posibilidades de deslumbrar por parte de nadie. Desde los gobiernos se han metido desde el minuto uno en tirar la casa por la ventana en fuegos artificiales y gastos festivos. Por parte de las oposiciones, falta músculo para abrir brechas desacreditadoras y mantenerlas vivas en el tiempo. Se dedican a lanzar granadas por doquier. Pero con la misma facilidad que las lanzan desaparecen de los medios de comunicación. Es verdad que sufren cierta orfandad mediática, pero tampoco es mentira que no ponen demasiado interés en profundizar en los temas y trabajarlos de forma inteligente para que penetren en la sociedad. Unos y otros tienen un año por delante para dar credibilidad y consistencia a sus mensajes. A la oposición le basta con las palabras mientras que al gobierno todo apunta a que le faltarán los hechos. Así que la credibilidad será importante en este tiempo. Quizás lo más importante. ¿Bastará con inundar las redes 365 días más bailando con los mayores, entregando trofeos, haciéndose fotos con todo el mundo y regando asociaciones y colectivos con generosas subvenciones? Veremos.