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Negar lo evidente: el PP y el genocidio en Palestina

Más de 20.000 niños fallecidos, un territorio reducido a escombros, hambre generalizada y hospitales destruidos parecen no ser suficientes para el Partido Popular

Frente a la creciente preocupación internacional por la ofensiva israelí en Gaza y las consecuencias devastadoras sobre la población civil palestina, dirigentes del Partido Popular han adoptado una postura que se aproxima al negacionismo. En sus declaraciones, los líderes del partido relativizan la gravedad de los hechos, refiriéndose al conflicto como una "legítima defensa", un "enfrentamiento bélico" o, en algunos casos, como posibles "crímenes de guerra", evitando así el uso del término "genocidio", que conlleva implicaciones legales y éticas mucho más severas.

Uno de los pronunciamientos más controvertidos ha sido el del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien afirmó que, en su opinión, “no hay genocidio en Gaza”, argumentando que dicho término se refiere exclusivamente a hechos como el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Una interpretación que deja fuera otras masacres reconocidas por el derecho internacional y que limita el uso del concepto a un único episodio histórico.

Por su parte, el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Carlos Díaz-Pache, justificó su postura asegurando que no puede hablarse de genocidio cuando Israel “avisa antes de bombardear”,como si el previo aviso legitimara la destrucción de infraestructuras, la muerte de civiles y la hambruna a la que está sometida la sociedad civil gazatí. A estas declaraciones se suma la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien además de negar que se esté produciendo un genocidio, ha tomado medidas como la prohibición de banderas palestinas en centros educativos de Madrid.

Curiosamente, la actitud que el Partido Popular adoptó frente a la guerra en Ucrania fue complementamente diferente. Entonces, líderes como Isabel Díaz Ayuso no dudaron en volcar su apoyo al pueblo ucraniano, afirmando con rotundidad que “Ucrania nos necesita”. ¿Será que hay pueblos que merecen solidaridad y otros que no? Este cambio de sensibilidad según el escenario geopolítico evidencia cómo el Partido Popular aplica una doble vara de medir, ajustando sus principios a conveniencia de sus intereses políticos.

El concepto de genocidio en el derecho internacional

Para valorar la naturaleza de los hechos en Gaza, basta con remitirse al principal instrumento jurídico internacional en esta materia: la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, adoptada en 1948 por la ONU y de la que España es Estado parte.

En su artículo 2, la Convención define el genocidio como cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, entre ellos:

-Matanza de miembros del grupo;
-Lesión grave a la integridad física o mental de sus miembros;
-Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que puedan acarrear su destrucción física;
-Medidas para impedir nacimientos en el grupo;
-Traslado forzoso de niños del grupo a otro grupo.

La clave jurídica para determinar si se está cometiendo un genocidio no radica únicamente en la magnitud de los actos, sino en la intención detrás de ellos.Y en realidad, establecer si se trata o no de un genocidio no es tan complejo: basta con verificar si se cumplen estos requisitos legales básicos. Requisitos que, al parecer, el Partido Popular ha optado por ignorar antes de emitir juicios tan tajantes como carentes de fundamento jurídico.

La ONU concluye que Israel ha cometido actos de genocidio

El pasado martes, la Comisión de Investigación de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados publicó un informe concluyendo que Israel ha incurrido en al menos cuatro de los cinco actos descritos en la Convención de 1948 y que existe una intención genocida en sus acciones contra la población gazatí.

La presidenta de la Comisión, Navi Pillay, fue tajante: “Cuando surgen señales y pruebas claras de genocidio, la falta de acción para detenerlo equivale a complicidad”. Esta declaración subraya la obligación de los Estados y por lo tanto, de todos los partidos políticos, de actuar de manera proporcional a la gravedad de los hechos, tanto en términos humanitarios como jurídicos.

De este modo, la comunidad internacional tiene la obligación de nombrar las cosas por su nombre. Resulta complicado encontrar una situación actual que se ajuste más a la definición que expone la Convención:  lo que ocurre en Gaza cumple con los criterios de genocidio, y por lo tanto la negación de la terminología adecuada supone la invisibilizaicón del sufrimiento de los palestinos.

La postura del Partido Popular, alineada con la narrativa más complaciente hacia el gobierno israelí, debilita la posición de España en la defensa de los derechos humanos a nivel internacional. Con ello, se corre el riesgo de normalizar una violencia masiva y sistemática que -como hemos podido observar- constituye uno de los crímenes más graves que puede cometer un Estado: el genocidio.

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