"Yo no soy Manuel García Déniz"
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
Nunca creí que iba a llegar a estos niveles de desatender mis cosas. Pero todo llega. Es cuestión de paciencia y años de vida. Ayer negué en más de una docena de veces que yo fuera Manuel García Déniz. Parecía yo un Pepe Juan cualquiera con esa traquina que se le ha metido ahora de repetir eso de que no es técnico. “Yo no soy técnico, yo no soy técnico”, repite desde que las obras de la Avenida de Puerto del Carmen son conocidas por “los pavimentos enterrados” que tenían presupuesto de miles de euros para retirarse.
Y es verdad que el buen hombre no es técnico, no le ha dado tiempo ser otra cosa que político, pero parece que no se ha dado cuenta que sus vecinos tampoco son tontos. Que no hace falta ser técnico para darse cuenta de que lo que se hace en las obras de la avenida va en contra del pliego de condiciones, como le recuerda la oposición.
Pues mientras Pepe Juan estaba en Lancelot Tv negando hasta en arameo que fuera técnico, yo estaba negando que yo fuera Manuel García Déniz y que fuera a dar una conferencia sobre “La escuela que viví, el Museo y la escuela que quiero”, en la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz.
“A las ocho te veo”, me soltó uno. “¿Vas a hablar de las tortas que nos daba doña Rosa?”, me preguntó otro. Y unos cuántos más me mandaron captura del cartel anunciador acompañado con un “imoticono” sonriente y otro con el dedo pulgar para arriba. Bueno, es de agradecer que no lo pusieran para abajo. Pero al ver que se acumulaban las dudas, a algunos les aclaré el entuerto y a otros les dejé que lo descubrieran en el propio acto, y así ayudaban a completar el aforo y disfrutaban seguro con la amena conferencia de Manuel García Déniz. Y me puse manos a la obra vía “WhatsApp”.
- Oye, buenas, que yo no soy Manuel García Déniz.
- Sí, claro, y yo soy Rita “la Cantaora”. ¡Que graciosito estás hoy!
- Que no, bueno, que sí soy Manuel García Déniz, pero no ese Manuel García Déniz, ese es otro, es el hermano de Carmelo, el maestro, el que fue consejero de Cultura del Cabildo, Delegado del Gobierno, concejal del Ayuntamiento de Arrecife por el PSOE.
- ¿Pero tú no eras hermano de Carmelo?
- No, no. Yo soy hermano de Ángel y Antonio y también de Carmen (q.e.p.d), Flora (q.e.p.d), Pino, Eulogia, Ana Delia, Esperanza, María de las Nieves y Encarna, pero no de Carmelo, ni tampoco de Félix, ni de José Antonio, ni tampoco soy ese Manuel García Déniz. Ellos son de La Destila, de Arrecife y nosotros de Tías, a mucha honra.
- ¿Pero cómo no van a ser hermanos si tienen los mismos apellidos?
- Vamos a ver, para ser hermano no es suficiente con tener los mismos apellidos. Ni eres la misma persona porque compartas nombre y apellidos. Para ser hermanos hace falta ser hijos de los mismos padres. Y en eso no coincidimos, ellos tienen los suyos y nosotros los nuestros, aunque todos ellos, casualmente, ya están en mejor vida (¡qué eufemismo más contradictorio!).
- ¡Coño, que casualidad!, ¡qué casualidad! Pero algo se serán, ¿no?
- Sí, pero mucho más lejano que lo que da a entender la coincidencia. Su madre, Carmen, y la mía, Esperanza, además de buenas amigas eran primas hermanas. El vínculo, además de lejano, (aunque hay mucho cariño por medio, cultivado por nuestras madres, y también por la de veces que hemos preferido que nos tuvieran por hermanos que dar todas estas explicaciones) es sólo por parte de los Déniz. Y tiene su lógica. El apellido García es uno de los más frecuentes de España mientras que el Déniz, de procedencia francesa, está asentado apenas en las islas y es poco frecuente, además.
- ¡Coño, coño, perdona, entonces, es que y pensaba…
- Ya, ya. Tranquilo. No es la primera vez que me pasa. Y a Manuel García Déniz, al otro, también le ha pasado. Cuando yo comentaba las luchadas en TVE, y él vivía en Tenerife, mucha gente le felicitaba por “los buenos comentarios”. Hasta en una ocasión, en el Hospital de El Hierro, me dijeron, con tanto convencimiento que yo era hermano de José Antonio, muy buen amigo del médico que me trataba, que fui incapaz de negárselo. Y, la verdad, el hombre cariño le tenía a José Antonio, porque me hizo todas las pruebas habidas y por haber y me trató de manera insuperable.
- ¿Y cómo se lleva eso, de llamarse igual con un apellido tan poco frecuente?
- Muy bien, por mi parte. Se trata de una familia de profesores y maestros, creo que socialistas todos, muy buena gente. Sinceramente, la confusión no ofende, pero hay que aclararla, para evitar situaciones como esta. Además, en una ocasión fue peor. En Gran Canaria, también hay García Déniz, una tercera familia, que no es familia nuestra ni de los de La Destila. Y un compañero de universidad me llamó a mi casa para decirme que lo sentía mucho, que había visto mi esquela en el Canarias7. Ese otro Manuel García Déniz se fue antes. Más graciosa fue la anécdota de un amigo sevillano, que me felicita porque le había tocado un premio millonario a mi hermana Pino, que lo había visto en el ejemplar de Lancelot al que le tenía suscrito. Le tuve que explicar que esa Pino García Déniz, era de Mala, y que, aunque compartíamos apellidos, no era mi hermana.
- Pues no sé si ir a la conferencia, ahora hasta me está interesando.
- ¡Vete, vete! Manuel es un maestro ya jubilado, un erudito de las Matemáticas que explica con verdadera pasión. Se ha embarcado en muchos proyectos de mejora de la educación en Canarias y es de esos maestros vocacionales que, aún jubilado, echa de menos a los alumnos, la pedagogía y esas cosas tan de escuelas y colegios. Me extrañaría mucho que no estuviera todavía vinculado a algún proyecto. Bueno, ya lo ves, en lugar de estar jugando con sus nietos está preparando conferencias…
- Pues, chacho, te dejo, que voy para la Casa de la Cultura.
El resto, que vaya también. Yo no voy a estar dando cuentas a todo el mundo de estas cosas familiares. ¡Qué disfruten de la conferencia!
Comentarios
Sabes que, aunque nos conocimos tarde, te sigo en toda tu andadura profesional. Cada vez escribes mejor y sabes meter el dedo en la llaga y profundizar en los asuntos de nuestra tierra. Un abrazo