La tabla de los productos locales

Todos, en todos lados, sabemos que todos los políticos se adueñan, a la primera, de los mensajes vanguardistas pero que son los últimos en abandonar su propios hábitos de toda la vida de mercaderes del voto y malas ideas. Desde que surge cualquier cosa que ellos entienden que entusiasma al populacho (versión del trato que le dan), lo meten en su argumentario hasta que aparezca la próxima novedad. En muchas ocasiones, cambian de argumentario cinco o seis veces sin haber hecho nada concreto de ninguno. El político actúa bajo el convencimiento de que las palabras, si se le eligen las adecuadas en cada momento,  por sí mismas, tranquilizan a las fieras. También parece que saben, en cambio, que el trabajo cansa hasta las bestias. Así juegan con esas dos premisas hasta que, sin darse cuenta, se caen del caballo del poder sin saber exactamente la causa porque ellos realmente no han hecho nada y han dicho todo lo que han podido y más.

Ahora, ya saben, está de moda el kilómetro cero, nada que ver con el kilómetro 1 que estaba de moda en los años 70 en Arrecife, por la zona de Altavista, donde iban los hombres a comprar caricias y algo más, y salían borrachos y desplumados como pollos. Nada que ver con aquello, repito. El kilómetro cero consiste, básicamente, en alimentarse con los productos que se cultivan en la zona donde uno reside, en este caso, en Lanzarote. Se entiende que es sano, que contamina menos y que potencia una economía rural en la proximidad de las zonas residenciales, recuperando así también superficie agrícola abandonada por el intensivo proceso migratorio al sector servicios, fundamentalmente.  Pues ya están los políticos como buitres con su argumentario al pie del cañón. Y ya todos son más “kilometroceristas” que los propios agricultores. ¿Pero lo son solo de boquilla? Precisamente eso es lo que quiero saber y propongo una fórmula para que lo sepan todos los ciudadanos.

Yo propongo “la tabla de los productos locales” como fórmula para saber cuánto de larga la tienen los políticos y políticas y cuánto cumplen con el campo y sus productos locales. Con ello, sabremos quiénes se gastan más lengua que cuartos, y quiénes cumplen más con el objetivo que dicen perseguir. Propongo, repito, la tabla de los productos locales. ¿Qué es la tabla de los productos locales? Una cosa muy sencilla: la relación de los productos agrícolas, con una relación paralela de kilos, otra también paralela de precio/ por kilo y una tercera de total de euros. Esta tabla se publicaría mensualmente y así sabríamos realmente cuánto tiene de agrícola y kilómetro cero propuestas como el Saborea Lanzarote o los CACT entre otros.  Con esta tabla, se acababa con el cuento retórico, sin datos, “del yo sí y tú no” que acompaña al discurso político pero que olvida a los agricultores, ganaderos, artesanos y productos locales en general sin pena ni gloria.

Invito al consejero de los CACT a apropiarse de la idea. No hay royalties ni contratos publicitarios encubiertos, que ya sé que tiene muchas presiones en este sentido últimamente. Es una idea sencilla de llevar a cabo. Listado de productos, listado de precios, listado de facturación por producto y facturación total y publicar la tabla en nota de prensa todos los meses. Lo mismo valdría para el Saborea Lanzarote, aunque en este caso seguramente  no tendrán tiempo de estos controles porque los coge de dietas, perdón, de feria, fuera de la isla. También se podrían sumar los comercios de la isla, tanto los restaurantes como los propios supermercados y tiendas para saber quiénes apoyan al sector primario y quiénes usan su nombre un vano todos los días. ¿A que no se atreven? ¿Benjamín?