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Atado a Las Cadenas

La restauración en Lanzarote no deja de crecer en todos sus aspectos. Lo hace en número, en calidad, en diversidad, en demanda. En todo. Aun así, hay una serie de restaurantes que se han convertido en clásicos de éxito en los últimos veinte años. Entre ellos, se encuentra Las Cadenas, de Juan Rivera, especializado en carnes y ubicado en el pequeño e histórico pueblo de La Vegueta, en el municipio de Tinajo.

Para muchos de los clientes que llenan de miércoles a domingo las mesas de Las Cadenas, repetidores semanales gran parte de ellos, su elección está basada tanto en la apuesta de este emblemático establecimiento por las mejores carnes del mercado y de los productos del kilómetro cero como por el exquisito trato que reciben tanto por parte de Juan y su sobrino Juanito como por todo el personal. Saben estar atentos sin inmiscuirse, de responder con una sonrisa y una atención personalizada a cualquier requerimiento por parte de su clientela.

Las Cadenas trabaja mayoritariamente con los residentes, aunque, obviamente, sus puertas están abiertas para todo el mundo. Pero es precisamente esa cualidad la que hace que su esmero y dedicación consiga como premio clientes que disfrutan una y otra vez de sus manjares y su amplia bodega, donde se recogen los vinos de la tierra, especialmente los blancos malvasía, y los mejores tintos del mercado. Sabe, además, darle un toque tradicional seleccionando entrantes que combinan lo mejor de la tierra y del mar. Lo mismo te ofrece una ropa vieja que devuelve al paladar los recuerdos de las cocinas domésticas de antaño que te sirve una morena frita para chuparte los dedos.

Las Cadenas es uno de esos sitios al que se puede ir en cualquier momento, pero refugiarse allí, los días de lluvia y frío, para entrar en calor con unos buenos asados y un buen vino, no tiene precio. La espectacular zona rural de La Vegueta, con las montañas al fondo y la huella de los indianos en muchas casas del lugar, anima a alejarse de las zonas más urbanas y ruidosas de la isla y aprovechar este cálido restaurante para quitarse el estrés y disfrutar de una sobremesa tranquila con amigos o familiares. En realidad, es eso lo que hace la mayoría de sus numerosos, satisfechos y repetidores clientes.

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