“HABRÍA QUE PREGUNTARLE A ARRÁEZ POR ESA SUBIDA DE CANON”

El expresidente del Cabildo Pedro San Ginés coincide con casi todo el mundo de que en los CACT no hay ninguna “quiebra absoluta ni situación de suspensión de pagos” como le espetó la presidenta, María Dolores Corujo, en un pleno.

Pero, en su intervención en un programa de radio, no dejó claro por qué se subió de 1,7 a 5 millones de euros el canon que los CACT le tienen que pagar a su único propietario, el Cabildo, en los años 2017 y 2018, si después no se pagaron en su totalidad. El presidente le quitó importancia a ese desfase contable entre cuentas del mismo grupo, los CACT no dejan de ser parte del Cabildo gestionados por la entidad pública empresarial de la que es único socio, pero apuntó hacia su amigo del alma y su consejero de Hacienda los últimos años de su Presidencia, Luis Celestino  Arráez, como responsable de esa decisión.

“Habría que preguntarle a Arráez por esa subida de canon”, dijo el expresidente, e incluso comentó que podría ser por ajustes para que cuadraran las cuentas con las exigencias de la ley del gasto. Lo que tampoco nos parece del todo correcto. Dicho así parece que lo que se buscaba era que los presupuestos dieran una imagen ficticia de la realidad financiera del Cabildo al contabilizar como derechos de ingresos unos de dudoso cobro, aunque estuvieran dentro de una empresa del grupo. No estaría de más que se explicara exactamente por qué se hizo una subida del canon de casi del 300% de un año para otro (1,7 en 2016; 5 en 2017.  Como tampoco estaría de más que los dirigentes actuales, en lugar de estar con tantas ruedas de prensa, insultos y guerras baldías, aprobaran una bajada de canon dejándolo en el millón de euros y programen el pago de lo adeudado, por una subida ficticia y errónea, en cuatro o cinco años, de manera que los CACT, pudieran dedicar unos dos  millones al año, o algo así, a  satisfacer el canon y dedicarse a gestionar, conservar y promocionar la isla. Eso parece lo lógico. Lo demás no deja de ser fuegos de artificio de personas irresponsables y egoístas con mentes calenturientas y guerreras exclusivamente para sus propios beneficios electorales, aunque se ponga en riesgo con ello la propia existencia del bien público que gestionan.