LA POBLACIÓN COMIENZA A MOVERSE CONTRA EL HASTÍO POLÍTICO Y EL “SALVAJISMO” DESARROLLISTA
- J.B.C.
Algo se está moviendo en Canarias, también en Lanzarote. La creciente degradación de la calidad de vida de los ciudadanos a la par que crece la llegada desorbitada de turistas, que solo incide en las cuentas empresariales y en agravar las deficiencias de los servicios, ha empujado a la población a movilizarse. Ya hay manifestaciones previstas para este mismo mes y crecen los movimientos en redes sociales posicionándose en esta lucha.
Los empresarios ya han empezado a ver las orejas al lobo y la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife es la primera en poner el grito en el cielo a cuenta de actuaciones de turismofobia vividas en aquella isla. Parece que, equivocadas o no, esas denuncias de los residentes están llamando la atención y ya empiezan a darse cuenta las organizaciones empresariales que o mejoran sueldos, calidad de trabajo de los empleados y presionan por derechos comunes, en lugar de solo para conseguir más licencias y más pasta, o acabarán poniendo en peligro la gallina de los huevos de oro.
A nadie se le esconde que la reacción del pueblo, si se le hace insostenible la vida, se va a dar. Depende de quienes tienen capacidad de organizar la actividad económica, repartir la riqueza y garantizar unos servicios básicos comunes que esto no siga en el camino que no quieren. En lugar de estar negando la realidad, tanto empresarios como gestores públicos deben ponerse las pilas y empezar a entender que mientras unos se hacen más ricos otros no pueden estar cada vez peor. De esa sensibilidad depende que salgamos ganando todos, de que salgamos perdiendo todos o, simplemente, salgan perdiendo, como hasta ahora, los de siempre. Quien piensa que el otro tiene que aguantarse para que él no sienta dolor es que no sabe de qué va la cosa.