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Anoche, a las 4:36 horas, volvió a repetirse. Incendio de contenedores en la calle capitalina Palencia, 13.

Estamos bajo los influjos de una agresiva pandemia. Estamos en casa, acorralados por el coronavirus  SARS-CoV-2 y asustados por la posibilidad de contagiarnos y caer enfermos con la Covid19.

No es París pero sí es un espacio privilegiado para entrar en los hogares españoles al filo de la medianoche de los lunes. Es Luna y entró en la octava edición de Masterchef, uno de los programas más populares de la parrilla televisiva española. Y hasta allí ha llegado la lanzaroteña Luna Zacharias, vecina de Caleta de Famara. ¿Que quién es? Ella misma nos lo dice en su página web.

“Nací el 7 de agosto de 1990, en Famara (Lanzarote), junto a mi hermano mellizo Álex. Mi madre quiso llamarme Cristina Luna, ya que nací una noche de luna llena. Ya desde ese momento intuí que había algo fuera de lo común en mi familia, y es que no todo el mundo nace en el hueco de un antiguo horno en una casa en medio de la montaña… Hija de madre española, Lola López, profesora de Ashtanga Yoga; y de padre alemán, Thomas Zacharias, inventor, escritor, atleta olímpico y plusmarquista mundial de salto de altura.

Siempre me he visto atraída por los escenarios. Es algo inevitable, ¡casi magnético! Hasta el punto de que, a la edad de 4 ó 5 años, chantajeé emocionalmente (sí, siempre he sido una mujer de carácter) a mi padre para que me fabricara uno en el patio de casa. Creo que esa plancha de madera con seis patas era mi particular versión de los castillos de cajas de cartón que hacían mis amigas, aunque aquello pareciese más un somier venido a menos que otra cosa… Supongo que mi abuelo, el violinista, compositor y director de orquesta Helmut Zacharias, tuvo algo que ver con esto (…)”.

Tiene una personalidad muy singular y seguro que va a tener mucho protagonismo en esta edición de Mastercherf. En el primer programa el pasado lunes ya demostró desparpajo y atrevimiento. Seguro que no se quedará en eso. Y sus platos dicen que no están nada mal. ¡Suerte, Luna! Haga click aquí y puede verla en acción.

No todos los políticos son iguales. Ni todos tienen las mismas obligaciones. Ni todos las atienden de la misma manera.

La Asociación de Vecinos de Titerroy comunica al Ayuntamiento de Arrecife que son muchos los ciudadanos que se han dirigido a este colectivo para denunciar la enorme cantidad de excrementos de tórtolas que hay en las aceras de la calle Alcalde Lorenzo Cabrera, como se aprecia en la imagen.

El Hospital Doctor José Molina Orosa tiene previsto empezar esta semana a hacer los llamados test rápidos, que complementarán los controles que se hacen actualmente con la PCR.

La ayuda social en momentos de pandemia es tremendamente importante. Las extremas medidas de confinamiento presionan hacia abajo a parte de la población, la más desfavorecida, que se ve limitada para sustentarse con lo gana al día. Pero no solo basta con llevarles a las familias alimentos y productos básicos.

La cuestión no es tanto si es el Cabildo acabará por tramitar o no un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

Los que mejor pueden hablar de la calidad del servicio que reciben en el Hospital Doctor José Molina Orosa, en estos momentos de ataque del coronavirus, son los propios pacientes. En este caso, alaban no solo el trato sanitario sino también el humano. Llegan, incluso, a valorar la calidad de la cocina hospitalaria, como hace este  paciente en la carta que reproducimos.

Las redes sociales pueden que estén llenas de “fake news”, falsas noticias, pero también hay ejemplos sangrantes y reales de cómo en este país los políticos viven fuera de la realidad.