Fiesta de Pilito, fiesta de todos
- Alex Salebe Rodríguez

Villancicos, aguinaldos y comidas alegran los encuentros familiares y de amigos esta época festiva, donde a fin de cuentas el calor humano del hogar y nuestra gente cercana son el regalo más preciado, lo demás, no es que sobre, pero es prescindible.
Aparte de los villancicos clásicos en sus mil y una versiones, cada persona o camarilla tiene sus gustos en materia de géneros musicales. En casa, escuchamos casi de todo, pero es infaltable acompañar el compartir del 24 y 31 de un banquete musical de salsa navideña, y sin ser meticulosos, porque en YouTube hay repertorios que mezclan distintos intérpretes de varias generaciones para elegir, y todos contentos.
La mejor forma de recordar artistas fallecidos es a través de su obra. Seguro que cuando escuchamos canciones de alguno de ellos o ellas no tardamos en subirlos al altar de los inmortales. El pasado 6 de diciembre murió de viejo, con 99 tacos, como nos gustaría irnos a la mayoría, Rafael Ithier Natal, fundador y director de El Gran Combo de Puerto Rico, considerada la mejor orquesta de salsa del Planeta.
El maestro, director, pianista, arreglista y compositor, se paseó por el mundo durante 63 años cocinando salsa, son y rumba para la gente latina y no latina, junto a sus muchachos de la Universidad de la Salsa, como se conoce popularmente a la orquesta: “esto lleva sus añitos pa’ tocarse como es…”, dice con razón la letra de la canción ‘Arroz con habichuela’, en la voz de Charlie Aponte, uno de los cantantes reconocidos en la historia de la orquesta, que en su delantera jugaba con otros dos cracks, Papo Rosario y Jerry Rivas. Rosario murió esta misma semana por complicaciones de salud y Aponte abandonó la orquesta en 2014, así que de ese trío de voces legendarias solo queda Rivas.
La Universidad de la Salsa estuvo dictando cátedra en Lanzarote en 2004 ó 2005, no recuerdo muy bien. Lo que sí recuerdo es que pedí a la directora de entonces del diario La Voz de Lanzarote, Paqui Trujillo, que me encomendara la cobertura informativa del concierto celebrado en el recinto ferial de Arrecife. Allí no solo disfruté de la música “colado” en la parte izquierda del escenario, a dos metros del piano de Ithier, con la debida autorización del director, sino que antes del espectáculo intercambié recuerdos con Rafael Ithier y Jerry Rivas de actuaciones apoteósicas en Barranquilla, ciudad que sigue respirando salsa a pesar de la tendencia reguetonera e influencia de ritmos urbanos emergentes.
Quizá la canción navideña de El Gran Combo de Puerto Rico más reconocida internacionalmente es ‘No hay cama pa’ tanta gente’ (1985), una frase que además entró a formar parte de nuestro vocabulario de calle para expresar figurativamente que no hay espacio o lugar disponible en cualquier contexto. A mí personalmente me sabe mejor ‘La fiesta de Pilito’, pero en cualquier caso, todos sus temas son contundentes y tienen esa sazón caribeña que engancha. No son precisamente ensaladitas light.
¿Y quién es Pilito?, pues era un allegado a la orquesta que cualquier día se presentó a un ensayo tarareando una canción sin título que había compuesto; y le sonó la flauta con El Gran Combo, que después de grabarla rematando algunos versos, decidió bautizarla con el nombre de ‘La fiesta de Pilito’, convirtiéndola en uno de los grandes éxitos de Navidad y cualquier época del año. La canción está incluida en el álbum Nuestra Música, del 85, donde aparecen ‘No hay cama pa’ tanta gente y ‘Asalto navideño’, entre otras letras.
Parece que las canciones navideñas tuvieran fecha de caducidad, porque están hechas para sonar en diciembre y cuando mucho también en noviembre, “pero no se apuren que la Navidad, a la vuelta ‘e la esquina está…” , dice Pilito con buen ritmo y sabor. Su fiesta es el fiestón imaginario colectivo, el goce de todos y todas. Que en paz descanse el maestro Rafael Ithier, profesional de la música, profesional del vacile.
Aprovecho este espacio para desear a todos y todas unas felices fiestas, que la salud acompañe para continuar en la lucha del diario vivir y la esperanza de mejores tiempos.