Desde hace unos años viene teniendo lugar un proceso paulatino, con sus avances y retrocesos, pero ininterrumpido, de recomposición del espacio canarista autonomista en la isla de Gran Canaria. Me refiero principalmente al espacio político compuesto por Nueva Canarias (NC) y Coalición Canaria (CC). Dicho fenómeno debe ser analizado al menos en tres planos: el electoral, que es a día de hoy prácticamente lo mismo que el político; el ideológico y el generacional. No sin cierto exceso de ambición, dedicaré las siguientes líneas a un tema tan complejo, así como a aventurar cinco posibles líneas de trabajo para llevar a buen puerto dicho proceso. A mi juicio, es algo que conviene no sólo a ese espacio sino también a sus hipotéticos antagonistas dentro del canarismo, que deben nacer y jugar un importantísimo papel, aunque no serán protagonistas de este artículo.