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La policía que se nos va

 

Ayer, sus compañeros, familia y concejales del Ayuntamiento de Tías, rendían un sentido homenaje a Pablo Pérez Fontes, que se jubila después de 37 años de servicio como policía local del municipio. Pablo se jubiló ayer, hace unos meses lo hizo Víctor Hernández, como también han ido jubilándose otros. La jubilación a los 60 años ha hecho que una generación de jóvenes del municipio, que afrontaron el crecimiento poblacional, económico y turístico desde los coches patrullas, dé paso a otra.

Pero no será solo un cambio generacional, de edad. Tendrá también mucho que ver con un cambio de modelo, donde ya el policía local no es un joven del municipio que quiere dedicar su vida al servicio de la seguridad de sus vecinos. Será una policía menos local, con agentes de cualquier procedencia, con mayor formación, pero sin el conocimiento del lugar y su gente que tuvo esta hornada de policías locales, que se ganaron el respeto y la consideración de sus convecinos por su demostrada profesionalidad y empatía. Si estos policías te pedían el DNI no era para identificarte sino para saber si lo tenías caducado. Los datos que se incluyen en el documento no son nada comparados con los que ellos atesoran. Saben que edad tienes, quiénes son tus padres y dónde vives. Pero, además, conocen a tus hermanos, saben quiénes son tus amigos y hasta qué chico o chica te gusta.

Si se lleva a cabo la sustitución de los que salen en tiempo y forma por otros nuevos, no tendría que haber problemas de seguridad. Pero lo que sí vamos a echar de menos, con el tiempo, es a policías como Pablo, a los que te acercabas con la confianza de un amigo y con el convencimiento de que iba a conocer el problema y sus antecedentes igual que tú.

Los cambios sociales y las nuevas pautas de organización son imparables pero la ingratitud sí que se puede detener. Por ello no está de más reconocer lo que tuvo de bueno el trabajo y dedicación de estos vecinos de Tías que se uniformaron para aprender a ser los policías al servicio de su gente. Y lo hicieron bien. Como Pablo.

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