A LOS VIGILANTES DEL CAMPING LOS TRATAN PEOR QUE A LOS DE LA PLAYA

Cuando todos estábamos contentos de que el camping de Papagayo abriera sus puertas con cierta organización por parte del Cabildo de Lanzarote, después de estar cerrado durante bastante tiempo y sin saberse cuál iba a ser su futuro, aparece un problema de seguridad en el mismo.

Y no son precisamente los usuarios las víctimas de este atropello sino los responsables. Evidentemente, no todos, pero los vigilantes están asustados y temerosos con el comportamiento de algunos usuarios que no solo no respetan las normas de convivencia sino que responden de forma violenta cuando les llaman la atención. Los vigilantes están temerosos y ya están yendo a trabajar con el corazón en un puño, temiendo que esa violencia contra ellos pueda acabar cualquier día en algo fatal. Lo mejor en estos casos es cortar por lo sano cuanto antes. Quienes no saben respetar las normas, no pueden estar en el camping. Parece más que evidente. Y cuanto antes le quede claro a los alborotadores, antes se resolverá el problema.