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ASTRID Y "LA CRUZ" DEL PP

El nerviosismo de Astrid Pérez se ha convertido en el principal problema de un PP lanzaroteño que ve como la gestión de los cargos locales se ve condicionada por las desafortunadas actuaciones de su presidenta insular. Astrid, ajena a la gestión insular que ve desde su poltrona en el Parlamento de Canarias, quiere llamar la atención aunque eso signifique cuestionar a su gente y a sus socios de gobierno en la isla.

Su última pataleta, la de criticar que se haya quitado la cruz de la plaza de Las Palmas, por exigencia de la Memoria Histórica, por tener connotaciones franquistas, es todo un ejemplo. Una obra financiada por el departamento de la popular María Jesús Tovar y defendida por el alcalde popular de Arrecife se pone en tela de juicio por su presidenta. Hay quien dice que Astrid no tiene más proyecto político que su supervivencia política. Todo lo demás le es ajeno. Y, por supuesto, para eso le vale igual la cruz facha que provocar a sus socios de gobierno en el Cabildo con la declaración de persona non grata del presidente del gobierno, Pedro Sánchez.

 

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