EL RELLENO DE HORMIGÓN DE UN TERRERO, UN VERDADERO SACRILEGIO
Terrero de la Ciudad Deportiva de Lanzarote, en el momento de su relleno de hormigón.
La imagen realmente hace daño a los ojos. A todo aquel que se ha criado cerca de un terrero, que se ha puesto la ropa de lucha y se inició en el noble arte de la lucha canaria le tiene que sentar como una patada en los mismísimos. Es, sin paliativos, un sacrilegio: la profanación de algo que se considera sagrado, especialmente cuando el profanador conoce el valor sagrado de lo que profana. Y lo conoce. La decisión de “entullir” el terrero de la Ciudad Deportiva de Lanzarote, el único que tiene Arrecife, con el alegato de que en la capital lanzaroteña se lleva ocho años sin practicarse lucha canaria, es el regalo último que deja el consejero no electo de Deportes del Cabildo de Lanzarote, José Alfredo Mendoza, ex luchador, que aspiró a ser el alcalde de Arrecife en las últimas elecciones. Y no es para hacer uno nuevo, mejor que este, en un barrio de Arrecife, para acercar el deporte a los jóvenes.
- Escrito por M.G.D.