
No suelo aceptar las invitaciones para hacer presentaciones. Ni de libros, ni de nada. Salvo que tenga que ver con algo o alguien de la lucha canaria, deporte y patrimonio cultural de los canarios en el que se encuentra el olimpo de la mayoría de mis héroes. Pero no fui capaz de decirle que no a la periodista Miriam Ybot, que llegó a Lanzarote a trabajar por expreso deseo mío hace ya casi, o sin casi, treinta años, aunque por encargo de Agustín Acosta, que era el que asumía la nómina y la responsabilidad. Así que ayer me presenté en la Casa de la Cultura Benito Pérez Armas de Yaiza, donde se celebraba la “Fiera del libro de Lanzarote”, y afronté el reto de presentar a un periodista de raza que se trata la larga travesía del desierto que lleva, apaciguando el mono de primera línea informativa, dándose baños de masas, aquí y allí, con su verbo fácil, su chorro de espontaneidad, denunciando lo que otros callan, repitiendo una y otra vez lo que no quieren que sepas.