Saturada, abandonada y sin líderes
Nos esperan batallas electorales reñidas (XVIII)
- Escrito por MANUEL GARCÍA DÉNIZ
Levantarse cada mañana y encontrarse con una sarta de mentiras de Echedey Eugenio se ha convertido en tradición para la población de Arrecife. He de reconocer que, en esto, Echedey es un artista a quien no le tiembla el pulso ni se le quiebra la voz para largar trolas como si no hubiese un mañana. Se ha convertido en un virtuoso de la patraña.
Permítanme los lectores que haga a la presidenta del Cabildo esta humilde pero contundente corrección de sus palabras en el día de hoy. Con no más intención que la de hacerla recapacitar sobre la responsabilidad que debemos a nuestros ciudadanos los que hemos tenido el honor de ser elegidos por ellos para representarlos.
Dolores Corujo y sus voceros mediáticos se han quedado sin caso, y lo saben. Por eso insisten tanto en hacer méritos preelectorales para que se les entregue el Jameo de Oro por la inmensa obra social que prestan al PSOE para mantenerse en el pesebre.
Nací en Haría, vivo en Haría, he formado mi hogar en Haría, con dos hijos maravillosos, tengo mi familia y mis amigos en Haría y espero jubilarme en Haría. Amo Haría por encima de todo. Y sobre todo amo a mi pueblo. Todos saben que tengo mi propio trabajo y es cierto que no necesito la política para tener un sustento económico, como también es cierto que lo más fácil sería seguir viviendo una vida despreocupada y tranquila. Pero mi corta experiencia, donde tuve el honor de ser la primera mujer Alcaldesa de mi municipio, fue suficiente para darme cuenta de lo mucho que hay que cambiar las viejas formas de hacer política en nuestro municipio, que ha vivido instalado durante muchas décadas en batallas políticas que no han permitido el avance de Haría, demasiado preocupados por las luchas de vanidad y de poder, pero demasiado alejados de las necesidades y deseos del pueblo.
Históricamente, el Puerto de Arrecife ha sido trascendental para la supervivencia de nuestra gente. Su origen se remonta a la época en que era un refugio para la pesca artesanal, pero con el desarrollo del turismo y el comercio en la isla, se ha convertido en un polo de desarrollo económico y un enclave estratégico para el tránsito de mercancías y cruceros entre Europa, África y América. Precisamente, su situación geográfica lo convirtió en un punto de salida de nuestros principales productos desde el que se exportaban los vinos de Malvasía, la barrilla o las cebollas, entre otros productos únicos que hablaban de las bondades de una isla maltratada por los volcanes.
Al director de Lancelot TV y de la tertulia “Café de periodistas” de ese mismo medio, Jorge M. Coll, se le ocurrió el pasado viernes hacer un debate sobre el futuro de La Geria y contar con agentes del sector y con quien firma este artículo para escenificar las necesidades de la zona, su historia y su futuro, visto por personas que conocen el espacio y su dificultades. El desconocimiento es tan grande que solo es comparable a la belleza objetiva y el atractivo que ejerce en cualquier persona que la conozca. No es raro, y hasta comprensible, que algunos turistas se despachen a gusto diciendo que La Geria es obra de César Manrique, el genio que aparece con rótulo y libro en cada esquina en Lanzarote. Más raro, hasta rayar lo esperpéntico, es que el propio Gobierno de Canarias, en la ley de espacios naturales de 1987 se atreviera a calificarla de Parque Natural, como si la naturaleza por sí misma se dedicara a hacer paredes socos de piedra seca, hoyos y buscar esquejes de parras de malvasía para plantarlas, estercolarlas, azufrarlas y vendimiarlas en tiempo y forma. Si ya descartamos que fuera César Manrique o la naturaleza quiénes crearon el valle más fértil y verde de Lanzarote en un campo de estéril de rofe, lapilli, o arena fina expulsados por las erupciones volcánicas, ¿Quiénes nos quedan para atribuirle semejante obra titánica? ¿Acaso queremos decir que fueron analfabetos agricultores, armados con palas, camellos, marrones y paciencia y fe quienes se rebelaron contra el destino y buscaron la tierra donde la habían dejado antes del salvaje y brutal ataque natural? Pues sí, esos mismos.