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LA ENSEÑANZA DEL RALLY PARA OTRAS VECES

El escandaloso resultado de la intención de celebrar un rally en pleno periodo de nidificación de aves nos debe dejar una enseñanza. O dos. La primera: la administración tiene que disponer de un periodo reglado para solicitar las autorizaciones y recibirlas el interesado con tiempo suficiente para que posteriormente se puedan celebrar los eventos.

Parece lógico que si el resultado de la solicitud es incierto, que se pueda disponer de la respuesta con tiempo suficiente para la organización del evento sin causar daños a terceros. La segunda: que parece excesivamente costoso y latoso que cada vez que se vaya a hacer una prueba se tenga que hacer un informe y un estudio ambiental para la celebración de la misma. Parece más lógico hacer un mapa donde se prevea dónde se pueden celebrar estas competiciones y en qué fechas y dotarlo de la suficientes garantías jurídicas. Así cuando se va a celebrar una prueba, el organizador solamente tendrá que mirar dónde y cuándo se puede celebrar y la autorización se limita a darle el permiso correspondiente, salvando informes ambientales y otros engorros al haberse hecho previamente en la confección del mapa.

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