Algún día, más pronto que tarde, me imagino que se sabrá exactamente cuánto le ha costado al Parlamento de Canarias que medios de comunicación de Lanzarote hayan cerrado filas en torno a Astrid Pérez para darle cobertura en su enésima escabechina política. La presidenta insular del PP, en un “ataque de celos políticos” de los que acostumbra a escenificar cada cierto tiempo, coincidiendo cuando destaca algún miembro de su organización, ha descargado toda su ira política en su segundo de a bordo, utilizando rumores sin fundamento ni sustento que no se saben de dónde salen ni de qué se trata, aunque todos intuyen quién está detrás, ataca con saña a Jacobo Medina, al que primero dejó sin Vicepresidencia del Cabildo, luego sin secretaria insular del partido y, ahora, sus súbditos mediáticos empiezan adelantar que le quitará también la Consejería de Obras Públicas estos días.