Despedida
Señor alcalde:
- Escrito por Juanjo López, concejal del Ayuntamiento de Arrecife por el PP.
Señor alcalde:
Es curioso cómo llevamos oyendo, sobre todo en las instituciones, ese dicho que dice: “Las cosas de palacio, van despacio”. Y no soy hipócrita, conozco la administración y sí es cierto que hay procedimientos que, por mucho que uno intente acelerarlos, la propia burocracia y el ‘papeleo’ impide que se haga con mayor celeridad.
Aquí, a la Pastelería Zayes, unas semanas que no había venido a comprar. Hoy vine.
Finalizada la época estival, pregunté, por separado, a dos jóvenes conocidos que inauguraron su vida laboral este verano en Lanzarote, cómo habían ido sus experiencias en el sector de la hostelería. La respuesta fue la misma y su reflexión casi idéntica.
Estamos saliendo de un verano más caliente y con más miedo a quedarnos sin agua que nunca.
La nueva corporación de Arrecife ha abierto unas nuevas expectativas para la capital de la isla. El hecho de que abandonaran el Ayuntamiento los concejales con más experiencia de los partidos políticos que conforman el grupo de gobierno, inicialmente se vivió como la constatación de la renuncia del PP y CC a trabajar seriamente por la ciudad. Como que tiraban la toalla ante las enormes dificultades que se presentan, de forma espontánea (¿o intencionada?), en el Ayuntamiento y alrededores administrativos cuando se quiere hacer algo. La salida de Astrid Pérez, el mayor talento político y la persona más experimentada del Ayuntamiento, que el expresidente del Cabildo Pedro San Ginés, hombre también experimentado y de acción, ni tan siquiera tomara posesión de su cargo de concejal o que ex alcalde socialista José Montelongo, ahora ganado para la causa por los nacionalista, saliera corriendo para Esscan sin pensarlo dos veces cuando le dijeron el sueldo que tendría, creaba cierta desazón. Pero no, parece que han sabido encontrar una oportunidad donde solo aparecía desolación.
El pasado 26 de julio tuve el honor de ser nombrado Director de la Escuela de Servicios Sanitarios y Sociales de Canarias (ESSSCAN) y, tras un profundo análisis de la situación, debo manifestar mi optimismo sobre el futuro de la institución desde la que hay una labor importante por hacer, que afrontamos con un fantástico equipo humano comprometido en la misión de llevar a buen término el enorme volumen de trabajo que generan las acciones formativas para el empleo, por encargo o propia, así como, las acreditaciones y reconocimientos de oficialidad a entidades formadoras.
Que no es lo mismo que ponerse mono o bacano, como suena en el Caribe. “Ponte bacano que hay baile hoy...”, decía el maestro colombiano Joe Arroyo en ‘Tumbatecho’, uno de sus éxitos musicales de los ochenta. Ahora lo que toca es ponerse el mono de trabajo, o lo que es lo mismo el overol, y afrontar de inmediato los retos laborales y académicos después del verano para superar rápido eso que llaman estrés post-vacacional.
Con septiembre, se inicia el curso político. También el escolar, evidentemente, pero ese no nos ocupa hoy. En la política nacional, los deberes están marcados para presentarlos en el Congreso de los Diputados, donde el líder del PP afronta una investidura que lleva el sello de “fallida” incluso desde antes de que el Rey se lo permitiera a la derecha española. Habrá tiempo de verlo y analizarlo. Pero el curso que me interesa más es el local, el que empezará después de la celebración de las fiestas en honor a la Virgen de Los Dolores, que concentra en Mancha Blanca a medida isla.
Así jugábamos antes, los niños, adolescentes y jóvenes de mi época. Quienes hoy estamos entre los 60 y los 80 años.
Hace unos días escribía sobre el tratamiento burdo, sensacionalista y tergiversado que están dando medios de comunicación españoles de cobertura nacional al asesinato de un ciudadano colombiano en Tailandia; un delito del que se autoinculpó un joven español que permanece encarcelado en dicho país asiático a la espera de juicio.